El trípode

«Líbano, Oriente Medio y Venezuela. Begoña, no»

Todo pasa porque es la esposa del presidente del Gobierno». Como dice un buen amigo: «con defensas así no hace falta el ataque del cruel fascismo».

Para un ministro de Estado como se supone es un ministro de Asuntos Exteriores, las declaraciones que hace el sr. Albares cumpliendo la consigna informativa del día, producida en la factoría del mega gabinete de comunicación monclovita, resultan un tanto patéticas, cuando no ridículas por la imagen de sumisión al jefe que trasladan. En declaraciones efectuadas en una de las cadenas radiofónicas del Gobierno, ha comentado que «Begoña Gómez no estaría donde está ni se la estaría investigando, si no fuera la esposa del presidente del Gobierno. Todo pasa porque es la esposa del presidente del Gobierno». Como dice un buen amigo: «con defensas así no hace falta el ataque del cruel fascismo». Evidente, como que todo su tinglado profesional, con cátedra extraordinaria incluida, sin ser siquiera licenciada, –para vergüenza de la reputada Universidad Complutense– sencillamente no existiría, si no fuese «la esposa de». Y, precisamente, esa eventual conducta suya está tipificada en el Código Penal como Tráfico de influencias y corrupción en los negocios, que es lo que está instruyendo el Juez para averiguar si esos delitos fueron cometidos prevaliéndose de la posición pública de su marido, que «causalmente» se llama Pedro Sánchez Pérez-Castejón, con domicilio en el Palacio de La Moncloa, coincidiendo con el suyo. Por si no hubiese quedado suficientemente claro que esos asuntos no son sino una «campaña de bulos, desinformación, y acoso y derribo» contra Pedro Sánchez, al ser preguntado acerca de si esa causa afecta a la imagen de España en el extranjero ha afirmado que «ninguno de sus colegas europeos» le pregunta por el caso Begoña Gómez.

Pero no quiso quedarse ahí, sino que poniéndose la «venda antes que la herida» se explayó con que tampoco le preguntarán en las próximas reuniones en Bruselas donde «los debates se centran en Líbano, Oriente Medio y Venezuela» y no en Begoña Gómez, por lo que «está convencido de que nadie le va a preguntar» por ella. En cuanto al hermano músico, en su opinión, complementa la campaña de bulos contra el entorno familiar presidencial, alegando que hay que dejar al margen de ellos a la familia de los políticos. Dicho de otra manera, eso significa que esos delitos deberían ser retirados del Código Penal cuando pudieran afectar a familiares suyos. Es decir, impunidad total para la familia de los políticos, excluidos por tanto del principio de «igualdad de los ciudadanos ante la ley». Todo muy progresista, socialista y sanchista. Y que a ningún ministro europeo se le ocurra preguntar a Albares por Begoña Gómez en Bruselas. Solo en la Cadena SER.