El buen salvaje

Malinche

Aquí todo el mundo es bueno, de Puigdemont a Griñán, menos si saluda a la presidenta de la Comunidad de Madrid

Nacho Cano hoy no se puede levantar. Por un momento pareció Rafael Amargo, el que fuese y no hubo nada, pero al final resultó que, más que de asuntos delictivos, o eso está por ver, como lo de Begoña, le tiraban de las trenzas de la Malinche o de Pocahontas vía Ayuso. Si el personal confunde a las Barbies, sobre todo el sexo de las Barbies, no digamos ya a los personajes allende los mares. Parecía que nos enterábamos ayer, por este incidente hispano de que, no digo ya por Nacho Cano, en España se contratan a inmigrantes ilegales. ¿En serio? Ay, Dios, el mismo día que se debate qué hacer con los menores sin papeles. Esto sí que es casualidad. Ya no se habla de otra cosa. Era la pieza que faltaba del mecano. Los progres los dejan entrar con el halo bendito de los santos y los besapiés y los fachas los contratan por dos duros y les dan de comer las sobras. Esa es la foto del tuitero zurdo que ayer anduvo toda la tarde pidiendo que le agarraran el cubata para darle otro par de galletas a Nacho Cano. Al final, van a resultar ciertos los aspavientos del músico que achacaba a su amistad con Ayuso tamaño «complot político». Veremos.

Lo malo de Nacho Cano es que, desde aquellos primeros discos, lo que ha compuesto ha dado para un recital del horror y una melancolía mal digerida, como si todavía pudiera tocar dos teclados a la vez, que parecía Muñoz Escassi en pleno éxtasis sexual. Por lo demás, vamos a creer un poco de su versión o a esperar al menos que el juez le ponga la multa correspondiente porque aquí todo el mundo es bueno, de Puigdemont a Griñán, menos si saluda a la presidenta de la Comunidad de Madrid.

Lo de ayer fue dinamita para los pollos, un entremés antes del partido. El de Begoña, digo, de la que también se dijo que la iban a detener si no se presentaba a la citación del togado. Una ópera bufa con cayucos en el horizonte. Antes de conocer más detalles, y como en ello no se malversa dinero público, abogo por la amnistía para Nacho Cano haya hecho lo que haya hecho. A mí solo me molestan sus ripios. Ay, Dalai.