Al portador
Más trampas, mentiras y chantajes de los «indepes»
Los «indepes» juegan la baza de que nadie, tampoco los «no indepes» en Cataluña, harían ascos a más financiación
Julián Marías (1914-2005), filósofo, uno de los principales discípulos de José Ortega y Gasset (1883-1955) y padre del novelista Javier Marías (1951-2022), dejó escrito que «no se debe contentar a quien nunca se va a dar por contento». Apuntaba a lo que en su tiempo eran los nacionalismos hispanos, que todavía no se atrevían –salvo excepciones– a proclamarse «indepes». Él fue uno de los primeros en advertir de los peligros separatistas, algo que le costó no pocos disgustos. Ayer, la Generalitat, que preside el socialista Salvador Illa, y el Gobierno del también socialista Pedro Sánchez dieron un nuevo paso hacia algo parecido a una independencia de hecho, que no de derecho, de Cataluña. Por supuesto, los «indepes» de Puigdemont, por un lado, y de Junqueras, por otro, no se dan por satisfechos y reclaman todavía más. La llamada Comisión Bilateral Gobierno-Generalitat acordó avanzar hacia que Cataluña recaude y gestione el 100% de los impuestos, con el primer objetivo de que ya lo haga con el IRPF en 2026. Consiste en poner en marcha un sistema «singular, federal y generalizable», que ya incluye una contradicción en su enunciado. El Gobierno pretende convencer de que cualquier Comunidad Autónoma podrá tener un sistema como Cataluña, pero eso repele a los «indepes». El origen del enredo, que da origen a trampas, mentiras y chantajes, está en la teoría de que la Comunidad catalana está infrafinanciada. Jesús Fernández Villaverde y Francisco de la Torre, en su libro «La factura del cupo catalán», admiten que podría tener una mejor financiación, pero no que el problema sea de financiación. Las complicaciones vienen por el lado del gasto, no del ingreso. Así de sencillo. Por muchos recursos de que disponga Cataluña, los «indepes» siempre querrán más, como demuestran una y otra vez. Buscan, y el acuerdo de ayer es un paso más, crear una confederación asimétrica, «el modelo ideal de los carlistas en el siglo XIX», como apuntan Fernández Villaverde y de la Torre. El problema es que con ese modelo, además de insolidario, pagarán más los pobres que los ricos, y que es insostenible con los números encima de la mesa. Eso sí, los «indepes» juegan la baza de que nadie, tampoco los «no indepes» en Cataluña, harían ascos a más financiación. Hasta Feijóo ha hecho un guiño en ese sentido. Ahora necesitan reformar una serie de leyes y para eso resulta imprescindible que siga el mismo Gobierno, sujeto a chantaje permanente. Luego, si lo consiguen –y no es descartable–, tampoco se darán por contentos, como advirtió en su momento Julián Marías.