Canela fina
Cataluña: Independencia fiscal
«Si se consuma la independencia fiscal de Cataluña, solo quedará que Sánchez acuerde la retirada de las Fuerzas Armadas y el referéndum de autodeterminación»
Órdago de los partidos separatistas catalanes. El proyecto de financiación que Moncloa se propone colar, aprovechando las vacaciones veraniegas, es un paso decisivo para cuartear la unidad territorial que España mantiene desde hace cinco siglos. Apoyados en la debilidad de Pedro Sánchez, los partidos secesionistas catalanes están dispuestos a mantener dos años más al presidente en la poltrona monclovita a cambio de conseguir una Agencia Tributaria de hecho. Se trata, veladuras y camelancias aparte, de conceder la independencia fiscal a Cataluña.
Si se consuma la miserable maniobra que está en marcha solo quedará la retirada de las Fuerzas Armadas y el referéndum de autodeterminación. Pedro Sánchez está construyendo dentro de España un segundo Estado, una nación paralegal. Dotar a Cataluña de la recaudación plena de todos los impuestos es el peaje que los secesionistas exigen a Sánchez para mantenerle en el poder hasta 2027. Se trata de un burdo chantaje, de una vil coacción repugnante y procaz.
Genuflexo ante el rebenque separatista, el presidente del Gobierno parece dispuesto a cederlo todo, una vez más, a cambio del plato de lentejas de un puñado de votos. De un puñado circunstancial. Los escaños del chantaje los aportan dos partidos: uno de centro derecha, Junts, y otro de extrema izquierda, ERC. Nunca se consiguió tanto por tan poco. Estamos ante el do ut des perfecto para los que, conviene no olvidarlo, protagonizaron el gravísimo delito de un golpe de Estado.
Si Alberto Núñez Feijóo quiere cumplir con su obligación, debería estar organizando, a tiempo completo, un tinglado político que aborte el proyecto sanchista de financiación de Cataluña. Tres presidentes de Comunidades Autónomas han hecho ya rotundas declaraciones hostiles: Asturias y Castilla-La Mancha, socialistas. Y Madrid, que tiene al frente a una mujer, Isabel Díaz Ayuso, liberal conservadora, distinguida todos los días por la malsana obsesión de la ojeriza sanchista.
Los defensores de la Constitución, a izquierda y a derecha, disponen de fuerza suficiente para que naufrague la nave que Pedro Sánchez pretende llevar a puerto este verano. Pero los agradaores gallegos de Alberto Núñez Feijóo y el líder de la oposición tendrán que dejar en casa los fuegos artificiales y movilizar las voluntades necesarias para impedir la inmensa tropelía que se prepara.
Luis María Anson, de la Real Academia Española