El bisturí

Milei y Ayuso, las bestias negras del sanchismo

Milei se ha destapado tras su enfrentamiento con Sánchez como un Ayuso del escenario internacional

A Óscar Puente, el ministro portavocero que entre exabrupto y exabrupto nos obsequia con fallos y más fallos en las Cercanías y con baches y más baches en las carreteras, hay que atribuirle el gran mérito de descubrir para todos los españoles la figura de Javier Milei. Antes de que el ex alcalde de Valladolid lanzara las diatribas que han desencadenado una guerra diplomática sin parangón, el hoy presidente argentino era en realidad un gran desconocido para el gran público español. La imagen que llegaba desde el otro lado del Atlántico a todos los profanos en la política internacional era, desde luego, la de un personaje lenguaraz y hasta cierto punto histriónico, que por casualidades del destino se había alzado con la victoria en las elecciones del país suramericano. Uno más de tantos populistas que engatusan con palabrería a la población en las urnas y que han poblado los gobiernos argentinos desde tiempos inmemoriales, aunque esta vez con trazas de parecer de derechas.

Gracias a Puente, esa imagen distorsionada por los espejos cóncavos del aparato mediático sanchista ha estallado en mil pedazos. Milei se ha destapado tras su enfrentamiento con Pedro Sánchez como un Isabel Díaz Ayuso del escenario internacional. Un látigo auténtico del socialcomunismo. Una piedra en el zapato del presidente del Gobierno español y sus acólitos. Un dirigente sólido que no se anda con medias tintas y que planta cara al más pintado, sobre todo si el más pintado miente como un bellaco y trata de disfrazar como progresistas políticas que no hacen más que degradar la sociedad y condenarla a la miseria. No hay argentino en España que no alerte de que poco a poco nuestro país se encamina por obra y gracia del socialcomunismo hacia el mismo régimen al que pretende poner fin Milei: un régimen clientelar, empobrecedor para la clase trabajadora e hipertrofiado por un mastodóntico aparato público que lastra la competitividad del conjunto del país.

Uno de los grandes defensores de la política del Milei auténtico en España, aparte del gran Juan Ramón Rallo, es Daniel Lacalle. Frente a la propaganda lanzada por el sanchismo y sus satélites, que parecen haber descubierto ahora en Argentina una pobreza que, en realidad, es consecuencia de años y años de kirchnerismo y peronismo, el economista español recopila datos bastante elocuentes de la buena gestión de Milei. En apenas seis meses, ha logrado por ejemplo seis superávits fiscales y ha reducido la inflación de un 25% mensual a un 4%. Conviene no olvidar que el alza de los precios es una de las causas principales del empobrecimiento de una población, y en muchas ocasiones es responsable de ella la fabricación ilimitada de moneda: cuanto más se emite menos valor tiene. Milei ha anunciado por ello una ley que incluirá condena de cárcel para todo presidente de Gobierno y de Banco Central que recurra a esta práctica y ha empezado a desmantelar también el Leviatán levantado por sus antecesores de izquierdas y que ahogaba a la nación en un mar de gasto público innecesario y superfluo, y de deuda.

La presencia en días pasados de Milei junto a Isabel Díaz Ayuso en Madrid, recibiendo una medalla por parte de la presidenta de la Comunidad, ha sentado a cuerno quemado al aparato que aspira a perpetuarse en el poder en España, y al que los electores están hay dando de lado. Las dos bestias negras del sanchismo.