Bonus Track

Nueces

Muchos recordamos bien a los vareadores de nogales. También sus rostros. Forman parte del miedo reciente de la historia de España, son sus protagonistas

Están en mi memoria, grabados a fuego y plomo. Ninguna ley me los podrá sacar de ahí, ni aunque inventen una Fiscalía de la Mente. Están escritos en mi alma los siniestros apodos de los terroristas: Txapote, Mobuto, Txeroki, Peputo, Argala, Ternera, Kubati, Santi Potros, Artapalo, Mamarru… Todos de espantosa sonoridad, ideados precisamente para producir terror en sus potenciales víctimas, con resonancias linguales aciagas, acordes con quienes los inventaban o los llevaban «con orgullo» de malvados creyentes político-militares en la violencia, que es un antiargumento simple para anémicos mentales que matan y destrozan vidas escudados en la divinidad de un supuesto mandato supremacista político-religioso aborrecible y siempre ridículo. Nombres que asustaron a (casi todos) los niños españoles durante décadas. Porque ese terror venía de lejos, y si no ha podido llegar más allá es porque, quienes lo ejercían, veían que los votos recogidos por sus terminales políticas menguaban conforme arreciaba la sangre. Cuantos más asesinatos cometían, menos votantes avalaban su «guerra», según la llamaban ellos, pues se creían soldados heroicos aunque solo fuesen meros asesinos en serie. Deseaban ser un ejército, y eran una banda delictiva. Gangs of Euskalherria. Tortuosamente reconocían que «agitaban el árbol» mientras los del PNV «recogían las nueces». Pero llegó el día en que, acorralados por las fuerzas de seguridad, pensaron (es un decir): «Basta de tanto agitar árboles, vamos a recoger las nueces nosotros mismos», y el PNV, que ya no tenía quién le sacudiera los nogales, empezó a perder votos a mansalva. Antaño la pérdida de votantes la padecían los agitadores de árboles con pistolas 9MM Parabellum. Ahora, al PNV le está pasando como a Junts: pierde votantes en masa; ambos son partidos que sufren un proceso semejante a la España Vacía, convertidos en Ideologías Vaciadas (por Pedro Sánchez). Las nuevas generaciones de votantes los consideran cada vez menos. Pero muchos recordamos bien a los vareadores de nogales. También sus rostros. Forman parte del miedo reciente de la historia de España, son sus protagonistas. Aunque algunos ahora sonrían torcidamente con la papeleta electoral, con las nueces en la mano.