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La situación

El nuevo objetivo: alinear

«En noviembre veremos si asistimos a un congreso a la búlgara, como el anterior, o si el PSOE da señales de vida»

La diligente portavoz de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE, Esther Peña, no necesitó explayarse en sus explicaciones para que todos entendiéramos el mensaje, especialmente aquellos a los que iba dirigido: el congreso del partido, convocado a finales de noviembre, debe servir para «alinear el discurso territorial». El tacticismo de Pedro Sánchez ha sido siempre muy celebrado por los suyos, y con motivos justificados.

Hace poco más de un año, en mayo de 2023, el líder socialista vio como el PSOE perdía buena parte de su poder territorial, en comunidades y ayuntamientos. Sánchez solo necesitó una madrugada en vela para darse cuenta de que ese fracaso iba a suponer que sus compañeros socialistas, derrotados en casi toda España, mirarían a Moncloa buscando al culpable, y el presidente del Gobierno sería el señalado. Para no dar tiempo a que eso ocurriera, doce horas después de conocerse el catastrófico resultado electoral, Sánchez convocó elecciones generales a finales de julio. Ya no había tiempo para debatir culpabilidades. Y perdió en las urnas, pero sobrevivió en el poder.

Antes de las vacaciones, Sánchez entregó a Esquerra el concierto económico catalán. En estas semanas, el presidente no ha conseguido que ningún dirigente de su partido, salvo su núcleo duro, muestre un mínimo aprecio por esa decisión, y ni el PSOE ni el Gobierno han conseguido encontrar un relato político convincente. Como reacción, Sánchez repite el escenario de hace un año: temeroso de que el partido que controla férreamente deje de estar tan controlado, adelanta el congreso previsto para dentro de un año y advierte de que es hora de «alinear el discurso». De momento, como calentamiento previo, el presidente ya ha alineado al Banco de España –hasta ahora, empeñado en pensar por libre– con los criterios de Moncloa, al nombrar a un ministro como gobernador.

Alinear es la cuestión. El que se aparte de la línea, no sale en la foto, y el que no reme hacia donde dice el presidente, tampoco. En noviembre veremos si asistimos a un congreso a la búlgara, como el anterior, o si el PSOE da señales de vida.