Sin Perdón

Óscar Puente y la lawfare sanchista

«Los juicios de Salem que quieren montar en el Congreso son un inaceptable ataque contra el Poder Judicial»

El flamante ministro de Transporte, Óscar Puente, se ha convertido en el portavoz oficioso del sanchismo. Nos ofrecerá momentos de gloria. No hay más que ponerle un micro para que los titulares salgan a borbotones y confirmen que Sánchez solo quiere la crispación. En una entrevista con Eldiario.es aseguraba la existencia de actos de judicialización de la política. Es posible que se refiriera a la constante que hemos vivido desde hace décadas con la estrategia de las organizaciones afines al partido en los procesos judiciales. Por supuesto, todos recordamos la aclaración que hizo Sánchez sobre de quién dependía la Fiscalía. La colonización de la Justicia ha sido una obsesión del sanchismo, aunque es algo que le une a sus predecesores. Es cierto que no con este descaro y arrogancia. Puente utilizó un argumento de incuestionable solidez académica al referirse a las meigas para defender el lawfare. Por lo visto, «uno puede no creer en ellas, pero haberlas, haylas».

No sé si se empachó de un maratón de capítulos de la serie «El regreso de las brujas» o su condición natural es ejercer de vocero con argumentos inconsistentes. El lawfare es una de esas chorradas de los independentistas que Sánchez ha tenido que asumir para comprar el apoyo de Puigdemont, Junqueras, Ortuzar y Otegi. Los juicios de Salem que quieren montar en el Congreso son un inaceptable ataque contra el Poder Judicial que vulnera la Constitución. El sanchismo ha demostrado que el Derecho es algo que no entiende, quizá porque le desagrada que no se llame Izquierdo. No se puede atacar la independencia de los jueces para humillarse ante los enemigos de la Constitución. Puente debería saber que no es posible demostrar aquello que no existe. Es verdad que consigue el aplauso fácil de la izquierda mediática y que Sánchez ha convertido el PSOE en una colección de palmarios palmeros, como diría el secretario general del Congreso, que se creen que la amnistía es constitucional porque lo aseguran los cortesanos al servicio de La Moncloa. A pesar de ello, el lawfare no es más que una empanada de los que creen en la existencia de meigas.

Francisco Marhuendaes catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)