Al portador
Pánico en el índice del miedo y de Yolanda Díaz con Montero
Hay quienes alegan que una corrección bursátil era inevitable más pronto que tarde, pero los billones que se han evaporado ya no están ahí y los desplomes siempre anuncian recesiones y problemas
Michel de Montaigne (1533-1592), que en sus Ensayos opinó sobre casi todo, escribió que «no hay cosa de la que tenga tanto miedo como del miedo». Bertrand Russell (1872-1970), un filósofo y matemático más moderno, defendía que «el miedo al desastre impulsa a todos a actuar de la misma manera y todo se agrava». Vivimos momentos de pánico en los mercados, pero también más allá de los mercados. Donald Trump lo ha logrado. Ha puesto al mundo patas arriba en pocas semanas y lo celebra en sus campos de golf, mientras fanfarronea y señala que es un buen momento para hacerse rico. Ayer lunes, las bolsas de todo el mundo volvieron a despeñarse otra vez tras el batacazo del viernes. Pánico generalizado, medido también por el llamado «Índice del miedo». Los americanos, que todo lo miden, crearon en el Chicago Board Options Exchange (Bolsa de opciones) el Índice VIX, que cuantifica las expectativas del mercado respecto a la volatilidad. Tiene cinco grados y, aunque orientativo, es bastante seguido. Cuando el índice es inferior a 12, significa que no hay miedo en el mercado. Entre 12 y 20 equivale a normalidad. Cuando oscila entre 20 y 30 empieza a haber pesimismo. A partir de 30 se habla ya de «mucho miedo». Y por encima de 40 se interpreta como que hay «pánico» en el mercado. Como ejemplos, en los momentos de mayor incertidumbre de la pandemia, el índice casi llegó a los 70 puntos. Ayer lunes, a las 19:00, horario europeo, el Índice del miedo superaba los 50 puntos, cuando hace un mes rozaba los 20. Es decir, pánico casi absoluto en los mercados, algo que puede provocar, como explicaba Russell, una reacción que agrave la situación. Hay quienes alegan que una corrección bursátil era inevitable más pronto que tarde, pero los billones que se han evaporado ya no están ahí y los desplomes siempre anuncian recesiones y problemas. La novedad es que en esta ocasión todo ocurre por una serie de decisiones disparatadas de Trump, que también tendrán consecuencias nefastas para sus partidarios. Casi al mismo tiempo, en España, Yolanda Díaz, que nunca será presidenta como defendía en su momento un gurú presidencial, dicen que sufrió un ataque de ira –pánico– cuando Ione Belarra anunció –sin primarias, claro– que Irene Montero será candidata a las próximas elecciones y que buscará aliados. Tendrá que hacerlo entre los que ahora están alrededor de Yolanda. Todos paleosoviéticos y por eso se llevan tan mal, se purgan a menudo y sufren «el miedo al miedo», que apuntaba Montaigne.