
Al portador
El peligroso reality de Trump y la coartada de Sánchez
Los primeros efectos, catastróficos, empiezan a verse en los mercados, en donde corre la sangre –el batacazo de ayer, incluido el Ibex 35, roza el pánico– y se evaporan billones de dólares y de euros
Tito Livio (59AC-17DC), el gran historiador de Roma autor de la monumental «Ar urbe condita» –desde la fundación–, en 142 tomos, escribió en el libro XXX que «nunca los acontecimientos son menos seguros que en una batalla». Donald Trump, por supuesto, no ha leído al romano y es probable que tampoco a ningún otro escritor. Cuentan que ni tan siquiera leyó su propia autobiografía, redactada por un «negro» y publicada a finales de los años ochenta del siglo XX cuando era un «tycoon», magnate de la construcción, que nadie imaginaba que pudiera ocupar el despacho oval. Ahora, acaba de declarar una guerra comercial –no por eso menos guerra– que está convencido que va a ganar, pero que nadie, ni sus aduladores, se lo puede garantizar. Los primeros efectos, catastróficos, empiezan a verse en los mercados, en donde corre la sangre –el batacazo de ayer, incluido el Ibex 35, roza el pánico– y se evaporan billones de dólares y de euros, también de muchos de sus votantes.
Trump gobierna como si la presidencia de los Estados Unidos fuera un «reality show» y la Casa Blanca el plató. Antes de su primera victoria electoral, durante 14 temporadas estuvo al frente de «The Apprendice» –el aprendiz– un «reality» de la cadena NBC, del que fue despedido en 2017 por afirmaciones despectivas sobre inmigrantes mexicanos. El anuncio de la imposición de aranceles arbitrarios y «urbi et orbi», programado con profesionalidad para alcanzar la máxima audiencia, fue un auténtico «reality show», pero más real que ningún otro y con unas consecuencias –pueden ser trágicas– que apenas acaban de verse. Paul Krugman, Nobel de Economía, escribió un famoso artículo «Un país no es una empresa», en el que explicaba que el éxito empresarial no garantizaba lograrlo al frente de un país. Trump lo demuestra y también el artífice del cálculo de los aranceles, el secretario de Comercio, Howard Lutnick, ex presidente de Cantor, compañía de servicios financieros. Han declarado una guerra como si fuera un «reality», pero nadie garantiza que se cumpla el guion original. Mientras, en España, Pedro Sánchez, doctorado en aprovechar crisis, ha encontrado una coartada para «aparentar que hace algo», como apunta Ignacio Varela. Promete «movilizar 14.000 millones», pero no ponerlos encima de la mesa sino cambiarlos de partida contable, y distrae la atención de otros problemas. En esta crisis también ve una oportunidad personal, pero eso no cambia el que nada hay «menos seguro que en una batalla», decía Tito Livio.
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