Aunque moleste

El precio de la paz social

Tenemos los sindicatos mejor pagados y más agradecidos: ayer ni una sola crítica al Gobierno

Saca pecho Sánchez al jactarse de que «nuestro país disfruta de la mayor paz social de Europa». Tiene razón. Aquí los sindicatos están tan entregados al Gobierno que parecen parte del mismo. Yolanda es tan ministra como sindicalista de Comisiones Obreras, y bien que se ha ocupado de que sus camaradas se sientan perfectamente cobijados bajo el paraguas de la subvención estatal.

Cierto que los sindicatos ejercen un papel relevante de apoyo a los trabajadores en su problemática laboral, prestando ayuda en el ámbito jurídico, informativo, etc. Miles de ellos se benefician de ese asesoramiento fundamental. Los sindicatos existen desde siempre en el mundo democrático occidental, sólo que no en todos los países su financiación es igual. En Alemania viven en exclusiva de las cotizaciones de afiliados e ingresos patrimoniales. No reciben dinero del Estado ni subsidios. Todo su aparato, sedes, personal administrativo y funcionarios han de ser pagados por ellos mismos. Eso les garantiza independencia. En una visita a España, dirigentes de la Federación Alemana de Sindicatos (DGB), que aglutina a 6,8 millones de asociados, sacaron los colores a sus colegas españoles al resaltar que son tan sólo sus miembros los que pagan de su bolsillo todos los gastos derivados de sus actuaciones, huelgas incluidas, con cuotas de 23/30 euros mensuales, el uno por ciento de sus salarios brutos.

Al contrario que en España. Aquí los afiliados contribuyen con una cantidad de entre 10/17 euros, pero de lo que viven en realidad es de la financiación del Estado, de las prebendas que reciben mes a mes de los gobiernos central y autonómicos en forma de subvenciones para todo tipo de proyectos. ¿Por qué tenemos esa «paz social» de la que se jacta Sánchez pese a la inflación disparada, el precio del gas y de la luz, la ruina agrícola, los salarios estancados y el mayor paro de Europa ? Fácil, porque amén de ser de izquierdas como el Ejecutivo, han visto sus ingresos elevados en más de un 60 por ciento con el PSOE. Durante el mandato del PP, la asignación sindical fue de 8,8 millones de euros anuales. Ya en 2021, Yolanda subió esa cantidad a 13,8 millones, que en 2022 volvió a escalar hasta los 17, cantidad mantenida en 2023, y que supone algo más del doble de lo que percibían con Rajoy. De manera que en los primeros cuatro años del PSOE se pagaron a las centrales 56,6 millones del erario público, 21,4 más que con el PP. Eso sin contar con el dinero que perciben de los gobiernos regionales ( PP/Vox Castilla y León han reducido la asignación al 50 por ciento), y sin tener en cuenta otras ayudas directas, como lo que perciben de Europa para la reforma de sedes, o asignaciones de los Ministerios para promover diferentes causas, entre ellas la promoción del feminismo sindical, ayudas a sus Fundaciones (Primero de Mayo es la de CC.OO), o como con Zapatero, cuando se financiaban proyectos sobre moda, videojuegos, guías sobre su historia, ordenación de archivos o ayudas a jubilados.

De manera que sí, tenemos la mayor paz social de Europa, pero gracias a que contamos con los sindicatos mejor pagados y más agradecidos. Ayer se vio con claridad. Sólo critican a la patronal. Al gobierno, ni media.