El canto del cuco

Las reglas de la convivencia, en peligro

No se discute el hecho de que haya acuerdos políticos para lograr una investidura. Eso es normal en democracia. Lo que se discute es el coste de esos acuerdos. «Su precio no puede ser quebrar el Estado de derecho»

Acabo de firmar la petición de la fundación «Hay Derecho» contra la amnistía. Me la ha enviado al móvil un ex ministro. Se trata de una iniciativa popular «para que todos tengamos las mismas reglas» y para que no se rompan las reglas de la convivencia. «No estamos viviendo un problema de España contra Cataluña –dice el texto–, ni de izquierdas contra derechas, es algo que afecta a la igualdad de todos ante la Ley y que rompe las reglas del juego democrático». No se discute el hecho de que haya acuerdos políticos para lograr una investidura. Eso es normal en democracia. Lo que se discute es el coste de esos acuerdos. «Su precio no puede ser quebrar el Estado de derecho». Y eso es lo que está pasando, según la extendida opinión de los juristas más prestigiosos.

Como observador de la vida pública desde antes de la muerte de Franco, no recuerdo un ambiente político tan enrarecido y crispado como este. Están sonando todas las alarmas. El empeño de Sánchez en permanecer en el poder a toda costa después de perder las elecciones se ha convertido, según sus seguidores, en el gran objetivo nacional. Cualquier precio para lograrlo está justificado con el pretexto de evitar que gobierne la derecha. Para eso se agita el espantajo de la extrema derecha, asidero del «sanchismo», y se pacta con delincuentes, separatistas y enemigos declarados de la Constitución.

El jefe de la oposición, Núñez Feijóo, un político moderado, ha denunciado con dureza la amnistía y otras intolerables concesiones de Sánchez a sus aliados: «Cambiar votos por impunidad es corrupción, y comprar con el dinero de los ciudadanos la presidencia del Gobierno de España es corrupción». Son acusaciones muy graves. Las terminales mediáticas de La Moncloa se esfuerzan en descalificar al político gallego con el falso y manido argumento de que se ha radicalizado. Es falso. La protesta ciudadana está saltando a la calle y se extiende por las principales capitales. Casi la mitad de los votantes socialistas están en contra de la amnistía. La mayoría de los jueces, también. No hace falta preguntar en los cuarteles de la Guardia Civil. Ha empezado la rebelión de las Comunidades reclamando igualdad. Y hay manifestaciones espontáneas de gente de toda condición ante la sede del PSOE en Madrid. «Los príncipes y legisladores –advirtió fray Luis de León– están obligados en conciencia por las leyes, que alcanzan a todos por igual». Hoy está en peligro la convivencia y en el aire la igualdad de los españoles ante la Ley.