El trípode
Responsables políticos: primero Sánchez, luego los demás
Hoy martes 12 de noviembre, se cumplen dos semanas de la DANA de Valencia, la explosión de la «gota fría» del martes 29 de octubre, la mayor tragedia en lo que llevamos de siglo
Hoy martes 12 de noviembre, se cumplen dos semanas de la explosión de la «gota fría» del martes 29 de octubre, la mayor tragedia en lo que llevamos de siglo. Es ya superior –no habiendo sido recuperados todavía decenas de desaparecidos– a la cifra de víctimas mortales y a los daños materiales producidos en la también gran tragedia del atentado terrorista del 11 M –el 11 de marzo de hace 20 años– uno de los mayores ocurridos en Europa. Las consecuencias políticas de aquella tragedia fueron enormes con una mezquina utilización del atentado por parte del PSOE, y que provocó un vuelco electoral tres días después en las urnas, llevándole al gobierno. Ahora no estamos ante un atentado, sino ante un desastre natural mal gestionado por ambos gobiernos y que ha causado ya más de 220 víctimas mortales y cuantiosos daños materiales. En este contexto, no parece ser todavía el momento de exigir responsabilidades políticas, pero es evidente que deberán asumirse por ambas partes las correspondientes. Sin duda Sánchez es el principal –no único– responsable de la lamentable gestión en la medida en que una catástrofe como ésta debió exigir de una respuesta contundente y rápida de los efectivos necesarios para hacer frente a la emergencia –todavía no declarada– desde el primer momento. Junto a él, los ministerios titulares de los medios que el Sistema Nacional de Protección Civil y Emergencias considera para estos casos, y asimismo la Generalitat valenciana deberá asumir también su cuota de responsabilidad política. Que Sánchez considere dos semanas después, que «no es el momento de exigir responsabilidades» aludiendo a Mazón es la prueba evidente de ser consciente que el primero en caer debería ser «su persona». Por de pronto, y tras su vergonzosa huida de Paiporta –el epicentro de la tragedia–, ahora huye también del control del Congreso para ir a una Cumbre del Clima (¡!). Con 4 vicepresidentas podría delegar en alguna de ellas, y en especial en Teresa Ribera, que hoy pretende ser aprobada en Bruselas para ser vicepresidenta y Comisaria europea. Se supone que en reconocimiento a su «brillante» gestión de lo sucedido siendo directamente responsable de medidas de alerta y prevención vinculadas a la «gota fría» y las Confederaciones Hidráulicas. En cuanto al PP, está en manos de Vox su permanencia al frente del gobierno de la Generalitat tras la ruptura de su coalición, lo que revela la inexcusable necesidad por parte de ambos de establecer un marco de relaciones políticas que visualicen ante el electorado una auténtica alternativa –y no solo una alternancia– frente al sanchismo en el Gobierno.
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