Cuartel emocional

Retales en oferta

Aldama da para mucho, porque implica también a Carlos Moreno, titular del gabinete de la Montero

Cuando era pequeña y todavía existían modistas y costureras que confeccionaban trajes, vestidos o faldas, cortando los patrones que ellas mismas dibujaban, cosían a máquina, remataban a mano, traían las piezas a las casas para probar, en fin, trabajos extraordinariamente bien realizados en sus talleres, más grandes o más pequeños, porque aún no se había producido la explosión de los zaras, los mangos y por ahí, había también tiendas de telas de calidad -no existía aun el asqueroso poliéster, que te hace arder como una tea, menos mal que ya no fumamos-, y a finales de temporada se producía la venta de retales, esto es, los trozos de aquellas piezas grandes que habían sobrado, que liquidaban a buen precio y que muchas veces tenía tamaño suficiente para una falda, una chaqueta, una blusa, lo que fuera. Tiempos de los que no queda casi ni el recuerdo porque apenas sabemos dónde hay una tienda de paños por metro ni tampoco dónde localizar una modista o costurera. Tan sólo nombres de relumbrón a quienes no todo el mundo tiene acceso económico.

Pero no vamos a hablar de ropa sino de retales de noticias, que siempre me gusta tener ordenadamente en mi mesa de trabajo, por aquello de llevar a punta de lanza aquello de que el orden reduce el estrés y hace felices a quienes lo contemplan. Así que vamos con los pequeños recortes de esta semana. Una añorada amiga de la adolescencia decía que siempre hay que negarlo todo, y en esta dinámica está el ministro Torres, quien comparece repetidas veces ante la comisión del Senado que investiga el caso Koldo, con la misma estrategia de negar cualquier tipo de relación con Víctor de Aldama, es decir que “no le consta” tener ni haber leído ningún mensaje del comisionista. En este mismo sentido y cosiendo otro trozo de trapo tenemos al hijo de Ábalos –atención al dato-, que también desfila como testigo, en este caso ante el Supremo, negando, como todos, haber cobrado ningún tipo de comisión o haber actuado como testaferro en transacciones económicas relacionadas con la trama, siendo que Aldama así lo ha testificado. También niega el piso en alquiler con opción de compra en el Paseo de la Castellana de Madrid, desvinculándose de esta forma de los negocios de papá. Por cierto, bien parecidos el uno al otro, el ADN es siempre inexorable en lo físico y en lo químico. Ya me entienden.

Pero lo de la trama sigue y Aldama da para mucho, porque implica también a Carlos Moreno, titular del gabinete de la Montero, quien sí admite haber tenido varias conversaciones con el comisionista y que una de ellas se refería a la financiación de las infraestructuras del aeropuerto de Ciudad Real (que durante la República se llamó Ciudad Leal, como si fuéramos chinos, por aquello de ocultar la evidencia de una Monarquía deseada). Esto demuestra, como poco, que Hacienda tenía una relación cuando menos fluida con el maestro de las comisiones y de las bolsas de dinero en efectivo. Creo que tenemos ya género suficiente para cortar y hacer un traje de fiesta, como los de los Oscar.

CODA. Me sorprendió gratamente la comparecencia de Rajoy en el Congreso. El tipo ha mejorado con los años y si bien en un momento determinado no se le podía ni tragar, después de su descacharrante intervención en El Hormiguero y su presencia ante la comisión que investiga la supuesta operación Cataluña -el entramado policial, judicial y político que, presuntamente, habría fabricado pruebas falsas para incriminar a diferentes líderes independentistas-, el registrador gallego quedó como gran irónico orador tapando la boca a todos quienes intentaron acosarle y acusarle. Lo mejorcito de la semana.