Aunque moleste
Una reunión envenenada
Se habla en las cloacas del dossier explosivo que podría acabar en un medio global
Feijóo no se fía de la invitación de Sánchez y con razón. Quién puede confiar en un presidente que dijo en declaración solemne en Cortes que hay que levantar un muro contra la derecha, y cuya hoja de ruta política está asociada a quienes tienen como objetivo la amputación de España. Dice Calviño, con su jactancia habitual, que el presidente del PP no respeta las instituciones, porque «cuando el presidente llama a alguien a la Moncloa, se va». Bueno, se va o no. Depende de la convocatoria, del orden del día, de las intenciones y de quien convoca. Por muy presidente que sea, Sánchez no es persona de fiar. Ni para Feijóo ni para su partido (González, Guerra, etc) ni para Manfred Weber, los americanos o Netanyahu. Nadie se fía de él. Tampoco sus aliados, razón por la que ha tenido que acceder a la mediación de un verificador para registrar los acuerdos con Puigdemont. De manera que, si ninguno de éstos confía en Sánchez, haría mal en hacerlo el líder del PP. Y si va a la reunión, deberá pertrecharse con casco y chaleco antibalas, cazaminas, dragaminas y todo tipo de armas contra el fuego amigo, pues donde menos se lo espere se encontrará con la trampa de quien tiene sobresaliente cum laude en materia de encerronas, emboscadas, tongos y trampantojos. Todo realizado con su peculiar estilo almibarado, y esa voz santona que pone cuando quiere que le crean los que nunca le van a creer.
De modo que ojo a la reunión. De entrada está envenenada. Dicen que es para abordar asuntos banales, pero que pueden de golpe mudar a extraordinarios. Tal es el tacticismo monclovita. ¿Qué cara se le quedará a Feijóo si, tras él, Sánchez se ve con Puigdemont? Más tarde o más temprano tendrá que encontrarse con el huido. Así ha sido pactado. Y Puigdi no es un tipo fácil. Soltará cuando proceda cuanto tiene acumulado de sus encuentros con Cerdán. Material que podría ser tan explosivo como el dossier de la-cabale presto a ser filtrado a un medio global. No se habla de otra cosa en las cloacas. Cientos de horas de celular debidamente registradas por quienes hicieron la operación y en poder de los que la pagaron. A los segundos no les interesa decir nada, de momento. Los primeros tienen ganas de venganza por la afrenta al sionismo.
Sólo que mientras tanto hay que reunirse. Con Feijóo y con Puigdemont. Se hacen cábalas sobre quién irá primero. Del gallego se conoce parte de la agenda. Sobre el plan del bandido, no. Aunque la ruta es clara: modificar el estatut para cambiar la Constitución por la puerta trasera. Como dice Margallo, respetarán la soberanía nominal de España para seguir en la UE, aunque el objetivo no es ya sacar a Cataluña de España, sino a España de Cataluña. Todas las leyes serán catalanas por la vía de asumir la totalidad de competencias a través del 150.2. La Justicia acabara en el TSJC. Y Hacienda en la Agencia Tributaria propia. Se vota el nuevo estatut sólo en Cataluña y lo santifica el TC sanchista. Por la vía de los hechos, Puigdemont volvería a la Generalitat para gobernar la nació como si fuese independiente. Confederada a España. Al menos al principio.
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