Opinión

Sánchez perjudica a Sánchez

Con Yolanda Díaz fuera de juego y tratando de recuperar a los votantes socialistas que se han ido perdiendo desde el 2014 en favor de Podemos.

La polémica en torno a los pactos del PP con Vox ha tejido una telaraña que maniata a Feijóo. Aún no está claro si sabrá zafarse del asunto y reconducir una campaña que se le ha puesto en contra, pero lo que ha muy alejado es el escenario de 160 diputados con el que soñaba.

Sánchez es el mayor beneficiado, aunque de momento solo le haya aportado medio punto en intención de voto. Con Yolanda Díaz fuera de juego y tratando de recuperar a los votantes socialistas que se han ido perdiendo desde el 2014 en favor de Podemos. Ahora, intenta no hacer ruido para no distraer la atención, aferrándose al desgaste de Feijóo, como tabla salvavidas.

Pero falta un mes y en esta campaña electoral hay muchas trampas. La primera, está en Extremadura, en donde ha empezado el calvario de los populares, aunque después del toque de atención que ha recibido Guardiola, parece que todo terminará en un acuerdo con Vox.

Pero el PSOE también tiene un problema allí, se trata de decidir si Fernández Vara presenta su candidatura en la investidura. Si no lo hace, tendría difícil explicación habiendo ganado las elecciones y, viendo las dificultades del PP y Vox.

Pero si se le ocurriese hacer el movimiento, sería también complicado que intente convencer de que le voten quien abandonó la política el 29 de mayo para volver a ella dos horas después. Además, el PSOE daría luz de gas a los problemas del PP para poner todos los focos en su incapacidad para sacar adelante la investidura.

La segunda trampa está en Navarra. María Chivite necesita la abstención de Bildu, algo que seguramente ya tiene negociado. Esa es la razón por la que no quiere que el pleno de votación se celebre antes del 23 J, sería demoledor para Sánchez que se ha aplicado es desmentir que tiene acuerdos con los abertzales.

El tercer problema con el que se encuentra Sánchez es él mismo. En un intento de movilizar el voto de la izquierda se ha lanzado a una yincana mediática con la seguridad de que su encanto personal cautivará a la sociedad española.

Se le ha olvidado cuando el rechazo que produce el exceso de presencia, como ocurrió en la pandemia, hasta tener que restringir sus intervenciones. En este momento, no moviliza voto alguno en la izquierda, lo que si genera es fervor en el antisanchismo, sería mejor para el PSOE sacarle un poco menos.