Insensateces

Sportwashing

Que la teocracia islámica de Teherán sea deleznable no hace mejor a Qatar ni a Arabia Saudí

Rafael Nadal Parera, el mejor deportista español de todos los tiempos, va a ser embajador del tenis de Arabia Saudí. Mis felicitaciones para el país, que se va a hacer un lavadito de cara que necesita como el comer, y para Rafa, que va a llevar su academia allí y que va a asegurarse beneficios que ya los quisiéramos Vds. y yo. A mí me gusta que la gente con talento gane dinero, vaya por delante, y que lo disfrute con salud. Nada más firmar su acuerdo, Nadal dijo que «mires por donde mires en Arabia Saudí, puedes ver crecimiento y progreso y me emociona formar parte de ello». Cuando Xavi Hernández, el futbolista más laureado del balompié patrio, se fue a entrenar a Al-Sadd de Qatar, se miraron con lupa sus declaraciones. «No vivo en un país democrático, pero creo que el sistema de aquí funciona mejor que el de allí». Aquí era Qatar y allí, era España.

Yo creo que la cuenta corriente de las personas es muy respetable y que la preocupación de sus titulares también lo es. Pero una cosa es una cosa y otra es un paraguas. Que para justificar negocios se trate de maquillar la realidad, ya no me parece tan respetable. Arabia Saudí vulnera los derechos humanos de muchos colectivos: Homosexuales, mujeres, inmigrantes. Y trata de vender una mejor imagen a través del sportwashing, es decir, una diplomacia basada en el blanqueamiento deportivo. Monarquía absolutista, sin división de poderes, por lo tanto, sin democracia. Qatar es un emirato semi constitucional, es decir, una monarquía híbrida, cuyos cargos institucionales están ocupados por varios familiares del emir. Las mujeres en Qatar necesitan autorización para casarse. Autorización del marido para tomar algunas decisiones vitales y, si son menores de 25 años, no pueden viajar al extranjero sin la firmita de un señor. Pero, aseguran los bien pensantes, que estos países se están haciendo un rejuvenecimiento facial y que hay que ser muy pacientes. Cuando cuentas esto, enseguida te dicen que Irán es peor. Que ahí sí que tratan a las mujeres fatal y que, las de acá, gritamos poco contra ese régimen infecto. Dos cosas. Que la teocracia islámica de Teherán sea deleznable no hace mejor a Qatar ni a Arabia Saudí. Y otra. No se compra con dinero la decencia.