Sin Perdón

La sumisión de Iglesias y sus acólitas

«Ahora Pablo se tiene que contentar con las migajas del pacto que alcancen

Yolanda y Pedro»

Nunca he dudado de que Iglesias y sus acólitas convertirían Podemos en un felpudo al servicio de Yolanda Díaz. Lo suyo es mucho ruido y pocas nueces. Por ello, resulta divertido que alguien pueda pensar que podrían abstenerse con Feijóo o votar en contra de Sánchez. Podemos es una fuerza en decadencia, como ha sido habitual en el mundo de la izquierda radical, y se ha convertido en una agencia de colocación porque sus dirigentes no tienen ni oficio ni beneficio. El mercado laboral es muy difícil cuando se tiene una escasa formación y una inexperiencia profesional. Creo que es malo cuando se gana más, o en este caso mucho más, en la política que ejerciendo una profesión. Es lo que sucede con las ministras/os y altos cargos de Sumar y sus 15 partidos. Iglesias detesta a Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, aunque no estoy seguro a quién de los dos en mayor medida.

Estoy bastante convencido que es a la segunda, porque la considera una traidora, desleal e ingrata. El otro representa lo que le hubiera gustado ser y nunca conseguirá. Los celos son enormes, pero es el único responsable de su fracaso político.

El exvicepresidente sabe que el mejor escenario para su partido es un gobierno de Feijóo, pero su cobardía le impide tomar una decisión arriesgada. Ahora se tiene que contentar con las migajas del pacto que alcancen Yolanda y Pedro. No creo que le den un ministerio y mucho menos a Irene Montero. Ni siquiera se atreverá a presentarse en solitario a las europeas. Una vez más tendrá que aceptar lo que quiera la líder de Sumar.

Lo que sucedió con las listas de las generales y la asunción de la humillación de Montero fue muy clarificador para Sánchez y Díaz. Ahora tienen claro que Iglesias tragará con cualquier otra humillación mientras le aseguren algunos cargos para complacer a sus acólitos. En el caso de que consiga la investidura, Sánchez se manejará con la misma tranquilidad que tuvo en la anterior legislatura. No es lo mejor para él, pero lo único que le importa es La Moncloa.

Francisco Marhuendaes catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)