El trípode
Tambores de guerra: Rearme europeo
El regreso de Trump a la Casa Blanca parece apuntar a la concreción de esa «multipolaridad» en la que de momento solo se destacan EE.UU., China y Rusia
Suenan los tambores que en el pasado anunciaban el comienzo de una guerra, y que ahora los escuchamos, vemos y leemos a través de los medios de comunicación en la UE, con una intensidad y frecuencia que no conocíamos desde que la desaparición de la URSS acabó con la «guerra fría» en diciembre de 1991. Guerra calificada como «fría» por contraste con la «nuclear», en referencia a los estragos producidos por la precedente Segunda Guerra Mundial, concluida en 1945 con las bombas atómicas lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki.
Durante esos 46 años de guerra «no caliente», no faltaron conflictos bélicos, pero que no tuvieron esa calificación por estar reservada esa denominación solo a los que pudieran enfrentar directa y frontalmente a las dos superpotencias nucleares del orden geopolítico dual surgido en 1945, EE UU y la URSS. Las guerras de Corea en 1953, la de Vietnam en 1963 y la de los «Seis días» en Oriente Próximo de 1967 son algunas de las no pocas guerras sucedidas en ese largo periodo, con gran cantidad de víctimas y de daños como consecuencia, pero no expuestas a una conflagración nuclear entre las dos superpotencias dotadas ampliamente de ese arma. Durante la Guerra Fría, solo hubo un momento en que el riesgo de una guerra nuclear tuvo en vilo al mundo, y es el de la crisis de los misiles de Cuba de octubre de 1962, cuando el enfrentamiento sí que fue directo entre las dos superpotencias. Desde el final de la «guerra fría», guerras no han faltado nunca, lo que sucede desde que el hombre puebla la Tierra, siendo la ley de la fuerza la que define el orden que gobierna y que delimita la soberanía territorial de los Estados.
Con el final de la Guerra Fría comenzó un nuevo tiempo, que algunos ingenuos llegaron a calificar incluso como el del «Final de la Historia», y resuelto con la victoria de los valores occidentales liderados por EE UU ante la desaparición soviética. Actualmente, y a su vez, a ese tiempo le han dado su final dos grandes potencias militares, China y Rusia, formalizado por Xi Jinping y Putin en febrero de 2022 en Pekín, apostando por un nuevo orden global «multipolar». Da fe de su voluntad de hacerlo realidad, que inmediatamente de regresar Putin a Moscú, comenzó la guerra en Ucrania, seguida de la de Oriente Próximo en 2023. El regreso de Trump a la Casa Blanca parece apuntar a la concreción de esa «multipolaridad» en la que de momento solo se destacan EE UU, China y Rusia. A la UE «ni está ni se la espera», aunque se quiere «rearmar».