El bisturí

Los tres arietes de Sánchez contra Ayuso

Año tras año, elección tras elección, la presidenta de la Comunidad ha arrasado

La conquista de Madrid y el escarnio público de Isabel Díaz Ayuso se han convertido en una obsesión para Pedro Sánchez y sus huestes monclovitas. La presidenta de la Comunidad ha sido, hasta la fecha, la única política ante la que el líder del Ejecutivo socialcomunista-independentista se ha visto obligado a doblar la rodilla y eso, en su enrevesado y maquiavélico pensamiento, merece una venganza. No es solo que Madrid constituya una pieza clave a conquistar, que lo es. Cuenta la tradición que quien tiene bajo su manto a la capital y sus municipios cuenta con todas las papeletas para permanecer mucho tiempo al frente de España. Desde dicho punto de vista, el dominio de esta autonomía resulta clave, sí. Pero detrás de la ofensiva del PSOE y sus socios ultraizquierdistas de Sumar/Podemos existe algo de inquina personal, de resquemor por el daño recibido: un claro deseo, en definitiva, de aplicar el ojo por ojo a Díaz Ayuso, la rebelde irreductible que nunca se calla y siempre planta cara. Año tras año, elección tras elección, la presidenta de la Comunidad ha arrasado, demostrando que Madrid es tierra maldita para los rivales del PP. El propio Pablo Iglesias, ese líder que iba a acabar con las castas, salió escaldado, y algo similar le ocurriría a Pedro Sánchez si fuera él quien liderase el asalto a nivel autonómico, como hizo el ex líder de Podemos. Sabedores de ello, e inasequibles al desaliento, el presidente y sus corifeos, auxiliados por las poderosas huestes mediáticas que les ríen las gracias, han decidido volver a la carga en 2024. La clave, piensan, es perseverar en los mismos mensajes que hasta ahora les han fallado: que si los servicios públicos en Madrid funcionan mal, que si la educación es elitista y beneficia a los ricos en detrimento de los pobres, que si la sanidad es objeto de privatizaciones y recortes, que si la ciudad contraviene los sacrosantos principios de la lucha contra el cambio climático y es muy contaminante… cualquier cosa vale con tal de generar el vuelco político en esta dura plaza. Las armas elegidas por Sánchez para golpear a Díaz Ayuso son múltiples, pero tres serán los ministros que llevarán la voz cantante. La primera es la titular de Hacienda, María Jesús Montero. Su fin es desmontar el mito de que bajar impuestos es bueno para el contribuyente, empleando para ello la falacia de que sin más impuestos será imposible reforzar los servicios públicos. Si revisan la legislatura pasada, comprobarán que la voracidad recaudatoria del Gobierno no se tradujo en una mejora de dichos servicios públicos en el país, sino todo lo contrario: funcionan peor que nunca. El segundo ariete es Óscar Puente, flamante ministro de Transportes. El Ejecutivo parte de la base de que el ciudadano de a pie no distingue bien si el mal funcionamiento de Cercanías es culpa de Moncloa o de la Puerta del Sol y que suele tender a mostrar su enfado con las autoridades más cercanas, en este caso las madrileñas. De momento, el ministro bloqueador de redes sociales está saliendo malparado. La tercera ministra en liza es Mónica García, que ya ha empezado a utilizar el Ministerio de Sanidad como un púlpito para atacar a Madrid, cuestionando incluso el éxito de Díaz Ayuso en la reducción de las listas de espera. Resulta que la capital tarda 45 días en operar, y el conjunto de España, 112, con datos homologados por el propio Ministerio. Ya ha recibido la primera en toda la frente.