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Anuncios de radio

La publicidad ha evolucionado y, en general, mejorado mucho, pues cada vez vemos, oímos y leemos más anuncios por todos los medios, y los consumidores se han ido creando una coraza que resulta complicadísimo romper para que los mensajes de los anunciantes llamen su atención, les interesen, se fijen en ellos y los recuerden. El primer reto de cualquier anuncio hoy día es no pasar desapercibido: una vez que se ha logrado, deberá superar esas otras complicadas etapas para que resulte rentable y eficaz a la empresa que invierte su dinero en publicidad. Hay medios que evolucionan y cambian más, y otros menos. Lógicamente, es en internet donde surgen cada poco tiempo más ideas innovadoras. También se pueden ver novedades sorprendentes en la publicidad de televisión, de los diarios y revistas, o de la publicidad exterior.

No se sabe por qué, la radio es posiblemente el medio que menos refleja esa búsqueda constante de nuevas ideas creativas. Es cierto que se escuchan muchos menos «jingles» o cancioncitas publicitarias, tan utilizadas hace años, pero se sigue insistiendo en la repetición machacona como el arma fundamental para conseguir que los oyentes recuerden un anuncio. El viejo refrán de que lo que entra por un oído sale por el otro parece seguir plenamente vigente para muchos publicitarios que hacen anuncios de radio, y han decidido que para conseguir llamar la atención lo mejor es poner las mismas cuñas una, y otra, y otra vez, en cortísimos espacios de tiempo.

Peor aún: estoy cansado de escuchar un anuncio de radio que repite no sé cuántas veces seguidas la frase «Compramos tu coche, compramos tu coche, compramos tu coche...». Es tan insoportable que, si bien es cierto que lo recuerdo, jamás elegiría ese sitio si quisiera vender mi coche, o comprar uno de segunda mano. Otro se mete con un comparador de seguros que en su publicidad saca un perro como «rastreador» del mejor seguro, y pregunta si alguien haría caso a ese chucho, para concluir que es mejor confiar en sus personas a la hora de contratar un seguro.

No creo que funcione machacar a los consumidores o tomarles por tontos, aunque sea en plan de broma. Y me parece que estoy escuchando un tipo de publicidad que quizá fuera eficaz hace bastantes años, pero hoy día dudo bastante de que consiga buenos resultados.