El trípode

Un ultimátum quizás auténtico

Hoy vence un (nuevo) ultimátum de Puigdemont a Sánchez, con la exigencia de que sea admitida a trámite por la Mesa del Congreso la iniciativa de Junts para que se debata una «cuestión de confianza» sobre él.

Hoy vence un (nuevo) ultimátum de Puigdemont a Sánchez, con la exigencia de que sea admitida a trámite por la Mesa del Congreso la iniciativa de Junts para que se debata una «cuestión de confianza» sobre él. Si –como han afirmado los portavoces sanchistas– la rechazan, entraríamos, si cupiera, en una fase de todavía mayor inestabilidad política que la actual. Sin Presupuestos en esta legislatura y por segundo año consecutivo, con lo que su Gobierno sería todavía menos que un «coche sin gasolina, es decir, un objeto inútil», como «Sanchezstein» proclamó contra Rajoy. Aunque es evidente que ahora ha «cambiado de opinión» y su Gobierno se ha convertido casi en un Lamborghini de esos que según él gustan de poseer los ultraderechistas, o quizás en un coche eléctrico que no necesita gasolina. La UE y la OTAN tampoco están en demasiada sintonía política con el estadounidense, aunque ya se están preparando porque les ha anunciado que no va a seguir garantizando la defensa de los europeos comunitarios a su costa, y les exige un incremento notable de su aportación al presupuesto de la Alianza. Y careciendo de este presupuesto también, le va a ser más difícil todavía poder continuar en La Moncloa. A sus socios prioritarios Yolandistas, ese mayor gasto militar para la OTAN no parece entusiasmarles como buenos comunistas, aunque les compensa, –como a su líder supremo– seguir en el Falcon. Y con su fiscal general investigado por el Tribunal Supremo, lo que al parecer tampoco les afecta a sus socios del PNV, antes tan sensibles a la corrupción como para apoyar la moción de censura contra el Gobierno del PP y conseguir que triunfara. Lo que sucedió gracias precisamente a sus cinco votos. De momento, su portavoz oficioso mediático y globalista, anuncia que «Sánchez le tiende la mano a Trump, pero defiende un orden internacional contrapuesto al suyo», lo que no parece preocupar en exceso al nuevo inquilino de La Casa Blanca que para su toma de posesión ha invitado a Santiago Abascal ignorando al inquilino de La Moncloa. En cuanto a Puigdemont, ha convocado para mañana a una cumbre de su partido Junts en Waterloo para, a resultas de lo que suceda hoy, acordar si procede una ruptura «total» con Sánchez. Es preciso no olvidar que sin el apoyo de sus 7 diputados carece de mayoría en el Congreso con lo que sencillamente no podría aprobar absolutamente ninguna ley. Una moción de censura sería la única alternativa para cesarle, si ni siquiera en esa situación límite estuviera dispuesto a dimitir o convocar elecciones. Este ultimátum podría ser auténtico.