Canela fina

Votar en plena canícula a 40 grados

«Francisco Vázquez, exalcalde socialista: ‘‘El 23-J es un pucherazo de calendario, y la peor fecha posible’’»

La cifra más alta de veraneantes españoles se produce entre el 15 de julio y el 15 de agosto. La canícula llega a su máxima expresión en esas fechas. A las ancianas, a los ancianos de setenta, ochenta, noventa años, que no estén de vacaciones, se les plantea ir a votar aguantando largas colas en un entorno de 40 grados de temperatura.

Durante algún tiempo llegué a pensar que Sánchez, abrumado por los resultados del 28-M y acosado incluso por sus partidarios monclovitas, se había rendido y por eso convocó elecciones. Pero no. Sánchez no se rinde nunca. Se enfrentó incluso y con éxito a Felipe González. El presidente del Gobierno tenía un plan B, que consistía en fracturar la normalidad de las elecciones convocándolas en la peor semana del año. De Gasperi escribió que conseguir de los italianos que fueran a votar era «una tarea hercúlea». Pedro Sánchez sabía que un factor con el que no contaban las encuestas consistía en convocar elecciones en plena canícula veraniega. Y a la desesperada decidió dar la última batalla conforme al plan trazado por él y sus colaboradores. El exalcalde socialista, embajador de España y político respetado en el mundo del PSOE, Francisco Vázquez, ha declarado: «El 23-J es un pucherazo de calendario: es la peor fecha posible. Se quedarán sin votar millones de españoles de vacaciones y que no lo harán por correo».

Las encuestas tal vez no se equivoquen. De celebrarse elecciones con normalidad se produciría un resultado a peor para el sanchismo. La distorsión consistía en buscar la fecha que fragilizara los sondeos y que hiciera impredecibles las previsiones, sin contar, seamos indulgentes, con la manipulación a la que puede ser sometido el voto por correo y el no rogado del extranjero.

Dirigentes del PSOE de todas las épocas habrían impedido a Sánchez presentarse a las elecciones generales en otoño, sustituyéndolo por una candidata o candidato con más posibilidades. Pero Sánchez se adelantó convocando elecciones para el 23 de julio. Eligió la fecha que distorsionaba casi todo. Votar a 40 grados es una experiencia durísima, y no sólo para los ancianos. Se comprende, en fin, por qué Feijóo no puede desdeñar a Pedro Sánchez que está dispuesto a permanecer en el poder a costa de lo que haga falta.