«De Bellum luce»

¿Y si vuelve para salvar a Podemos?

Ya dejó el Gobierno para «salvar», en teoría, a Madrid de la extrema derecha y el fin ahora sería todavía más alto, salvar a España de una izquierda sumisa y doblegada

Moncloa sueña con poder filmar esta película. Antes de las elecciones autonómicas y municipales, aunque es más probable que sea después, Pedro Sánchez se libera del lastre de Podemos en el Gobierno. Y empieza la construcción del último relato electoral, ése que dice que efectivamente los morados son unos radicales, responsables de los centenares de violadores que han seguido saliendo a la calle por el retraso en la reforma de la Ley Montero, pero que, afortunadamente, ahí esta Yolanda Díaz, en su papel de guardián del proyecto de la coalición.

Un pacto de la izquierda más aseado y sin los excesos de testosterona que tantos quebraderos de cabeza sigue provocando Pablo Iglesias al PSOE. Dicen que Sánchez se quedaría muy debilitado sin Podemos, pero el presidente ha dado la vuelta a escenarios más complejos, o así lo creen en su entorno. Una última reinvención antes de la campaña electoral que derribe dos pájaros de un mismo tiro, a Podemos y a Iglesias.

Sin embargo, en el PSOE ese mismo sueño se ha tornado ya en pesadilla. ¿Y si Iglesias prepara su vuelta a la política? ¿Y si Iglesias fuera el candidato a las próximas elecciones generales? Ya dejó el Gobierno para «salvar», en teoría, a Madrid de la extrema derecha y el fin ahora sería todavía más alto, salvar a España de una izquierda sumisa y doblegada, pero, sobre todo, que trabaja para acabar con las siglas que él fundó. Los resultados no serían buenos para Podemos, pero puede que a Iglesias le interese más que Podemos mengüe, pero tenga vida propia y pueda recuperar su papel de agitador, a que se camufle dentro de una plataforma en la que ni siquiera serían uno más, sino uno de los menos considerados.

Que se ande con cuidado el todavía «jefe» de Podemos porque cualquiera de esas conspiraciones que dice haber sufrido de la derecha se puede quedar muy pequeña si se llegaran a cumplir los deseos de Sánchez y de su vicepresidenta y ministra. De quien tiene que ponerse a resguardo es de su socio de coalición y no de la extrema derecha porque están buscando cómo hundirle para librarse de un problema que ven irresoluble. Hasta ahora está dando la impresión de que Iglesias gana el pulso a Sánchez desde fuera del Gobierno al cambiarle la agenda que tenía previsto poner en marcha en este año electoral. Pero, cuidado, que entre las bambalinas de La Moncloa advierten de que se esperan sorpresas, buenas para Sánchez y malas para Iglesias. Veremos.