V de viernes

Vuelven los chinches

Se creían erradicados tras los años de guerra y posguerra, pero regresan a nuestras camas con el cambio climático, la sequía y el turismo globalizado

¿Sabe alguien por qué están volviendo los chinches ?. A ciencia cierta no se conoce muy bien, aunque se atribuye, como casi todo en estos tiempos malditos, a la denominada emergencia climática, los calores y la sequía. Sufrí una vez en un hotel militar el ataque de estos parásitos y no se imaginan lo que pican. Funcionan al principio un poco como los mosquitos. Detectan el calor de tu cuerpo mientras duermes, salen de sus escondrijos entre las sábanas, el somier, la ropa del armario, etcétera, y la emprenden a picotazos con sus víctimas humanas, con la habilidad de que primero te inoculan un anestésico, de manera que sigues durmiendo tan tranquilo sin percatarte de lo que está ocurriendo. El problema surge después, por la mañana, al verte como un colador y con picores lamentables. Piensas que habrán sido mosquitos o arañas, pero no, eran chinches, erradicados en los duros años del hambre y que ahora vuelve con más fuerza que nunca. Un auténtico dolor de cabeza. Se trata de seres tan diminutos como asquerosos que aguantan meses sin comer y se reproducen como chinches, nunca mejor dicho. Consumida tu sangre, una hembra genera hasta siete huevos por día o entre 5 y 20 huevos por alimento. Parece que les gustan más las personas con sangre del tipo O. Los A podrían tener más resistencia, aunque en realidad pueden picar a cualquiera sin importarles demasiado el tipo de sangre. Las picaduras desaparecen normalmente en una o dos semanas como mucho, aunque hay personas que pueden llegar a tener reacciones alérgicas incluso graves.

Lógicamente hay plaguicidas muy eficaces contra estos bichos, aunque también existen otros métodos más tradicionales como, por ejemplo, el calor. Lavar toda la ropa con agua muy caliente y después tenerla en la secadora a muy alta temperatura. Tampoco les gusta nada las hojas de guayaba, pues al parecer su olor les repele. Tener unos cuantos árboles de guayaba cerca de casa es una buena solución, pero como en España las guayabas se dan mal (salvo en la costa tropical de Granada, según parece), habrá que recuperar al vinagre, que actúa como repelente natural. O bien contar con depredadores naturales como arañas, hormigas o roedores. Claro que en ese caso no sabemos que será peor.

En fin, que son un auténtica alegría estos tiempos climáticos. No solo vino el mosquito tigre, la nueva mosca de la fruta y la temida avispa asiática, que podría causar un auténtico desastre de implantarse entre nosotros, sino que ha vuelto la sarna y también los temidos chinches. Sólo nos falta ya, para que la fiesta sea completa, que empiecen a darse casos entre nosotros de enfermedades como el dengue, el zica o el chicungunya, más propios de climas calurosos. Pero dicen los expertos que, al paso que vamos, todo se andará.