Religion

Revés bendito

Textos de oración ofrecidos por el sacerdote – vicario parroquial de la parroquia de La Asunción de Torrelodones, Madrid

Christian Díaz Yepes

Cómo nos fascinan las palabras de Cristo, desconcertantes, transformadoras. Nos cuestionan y hacen asumir la vida más allá de lo que buscaríamos instintivamente. En sus Bienaventuranzas él proclama todo lo que no quisiéramos experimentar, pero que tantas veces viene a nosotros como oportunidad: la pobreza, la necesidad, las lágrimas, el rechazo y la persecución. Cuando nos encontramos con algo de esto, tratamos de escapar enseguida. Nos encerramos en nosotros mismos por miedo o huimos hacia adelante. Pero así perdemos una gran oportunidad, LA oportunidad. Porque si asumimos estas cosas desde el amor y la fe, nos hacen mirar hacia lo alto, buscar a Dios y descubrir lo que más vale en la vida. En definitiva, nos hacen vivir en verdad.

Tanto de lo que el mundo considera felicidad es sólo ilusión y engaño. Qué distinta una vida con los ojos y el corazón abiertos, elevada hacia cimas más valiosas y proyectada más allá de nuestros límites.

¿Dónde estamos poniendo nuestra esperanza, en Dios que saca bien del mal y no permite que pasemos una prueba sin darnos la fuerza para superarla o en nuestros medios siempre insuficientes?

Él nos hace descubrir que toda sombra tiene su revés bendito, toda dificultad es una oportunidad, toda cruz, camino hacia la luz. No tratemos de huir de ello. Asumámoslo con confianza y abiertos a la gracia, con la mente despierta para ver lo que está esperando por revelarnos el verdadero sentido de nuestro ser y nuestro hacer.

Cuando la tormenta se levante

y permanezcas firme ante el timón.

Si con el silencio de los sabios

reconoces que es hora de bajar las velas

y dejarse conducir por el soplo de Dios.

Cuando sepas dar calma a quienes

vean hundirse sus naves

y no llores tu propio naufragio.

Cuando contra el viento que traiciona,

y contra toda corriente de miedos y dolor, te enfrentes.

Y contra la noche con sus hielos, permanezcas.

Cuando caigas con la pesca y la barca mar en fondo

y te mantengas atento al torrente de adentro,

entonces habrás vencido.

La pérdida será ganancia

y tu pequeña chispa encenderá una hoguera:

el calor del cielo entre las olas.

Alzado como faro en las noches de miedo,

habrás triunfado.

Aún cuando parezca naufragio,

pero hayas permanecido firme en la llama inagotable.

Habrás llegado al esperado puerto.

Estará en ti

con todas tus voces sosegadas

y la luz serena del torrente sin final.