Ciudad del Vaticano
De paseo como un Papa
La reforma de la Iglesia que está llevando a cabo el Papa Francisco también va a llevar de la mano la apertura al público de un lugar reservado hasta ahora para los obispos de Roma y los miembros de la jerarquía de la Santa Sede. Se trata del Jardín Barberini, situado en Castel Gandolfo, alrededor del palacio apostólico de la pequeña ciudad al sureste de Roma donde los pontífices solían pasar sus vacaciones estivas. Así venía ocurriendo desde 1626, cuando Urbano VIII se convirtió en el primer Papa que escapó del calor romano refugiándose en los palacios de este lugar. A él le siguieron una quincena de pontífices.
No lo hizo así en su primer verano en Roma Francisco, quien sólo acudió a Castel Gandolfo para visitar a su antecesor, Benedicto XVI, durante el tiempo en que éste estuvo residiendo allí mientras terminaban las obras en el Mater Ecclesiae, el convento dentro de El Vaticano donde ahora reside. Por decisión de Jorge Mario Bergoglio, desde este mes de marzo los peregrinos y turistas podrán recorrer las 55 hectáreas del Jardín Barberini. La entrada cuesta 26 euros por persona e incluye un guía que explicará las maravillas y la historia de este paraje. Se puede hacer la reserva desde la página web de los museos vaticanos.
La visita incluye escenarios naturales y arqueológicos. Entre estos últimos, destacan las ruinas de la villa del emperador Domiciano y del llamado Teatro Imperial. La belleza florística se encontrará en espacios como el Jardín de la Magnolia, el Vial de las Rosas –el estanque presidido por una imagen de la Virgen, y conocido por ser uno de los preferido de Juan Pablo II y Benedicto XVI para descansar durante sus paseos–, el de las Hierbas Aromáticas, el de las Ninfas o el Jardín del Belvedere. Este último lugar ofrece una estupenda perspectiva sobre el Lacio, la región italiana en que está situada Roma y Castel Gandolfo, que permite incluso divisar el mar Mediterráneo.
Osvaldo Gianoli, director de las villas pontificias, calificó el nuevo estatus de los jardines de Castel Gandolfo como una «señal de apertura concreta». «Ahora con esta excepcional apertura del Jardín Barberini, las villas pontificias de Castel Gandolfo se conceden al gran público. Por medio de una visita guiada plurilingüe, se tendrá un acceso privilegiado a las maravillas botánicas y arquitectónicas de la residencia pontificia, denominada ya el «segundo Vaticano», dijo Gianoli a «L'Osservatore Romano», el diario de la Santa Sede.
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