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El milagro de la pequeña Carmen
La «inexplicable» curación de una niña valenciana lleva a los altares a los padres de Santa Teresita.
La historia de Carmen, una niña valenciana de siete años, estará siempre ligada a los padres de Santa Teresita de Lisieux, los beatos Louis y Zélie Martin. Al igual que su hija, alcanzarán ahora la santidad gracias al milagro que obraron en la pequeña, que se recuperó de gravísimas complicaciones tras nacer prematuramente. Una cadena de oración pidiendo la intercesión ante Dios de este matrimonio francés es la única explicación posible al restablecimiento de la niña, a la que los médicos apenas ofrecían esperanzas de vida.
«Hay que esperar los peor». Esta frase de una matrona fue lo primero que escucharon María del Carmen y Santos, los padres de Carmen, el 15 de octubre de 2008, cuando, tras un embarazo difícil, nació con múltiples patologías, entre ellas una doble septicemia y una hemorragia cerebral. Las posibilidades de salir adelante eran mínimas y en el caso de conseguirlo, se preveían secuelas tanto físicas como psíquicas.
Viendo la difícil situación, y al darse cuenta de que la pequeña había nacido el día de Santa Teresa de Jesús, Santos decidió encomendar la vida de su segunda hija a la santa y para ello buscó en internet una iglesia que estuviera dedicada a ella. Así, una noche llegó al convento carmelita de Serra, donde habló con la hermana María Jesús Cremades, que le invitaría a asistir a la Eucaristía dominical. Tras semanas de relación, las hermanas les animaron a rezar a los padres de Santa Teresita de Lisieux, que habían sido beatificados cuatro días después del nacimiento de Carmen. A partir de ese momento, se inició una cadena de oración que dio sus frutos en la rehabilitación de la pequeña, que, además, no presenta secuelas.
En el proceso, que comenzó en la Archidiócesis de Valencia, testificaron un total de 18 personas, entre ellas, ocho médicos, que reconociron que se trataba de «un acontecimiento inusual» y de una recuperación «científicamente inexplicable». Tras la etapa diocesana, toda la documentación se trasladó a la Santa Sede para que un grupo de médicos, teólogos y obispos y cardenales estudiaran el caso y emitieran un informe, que alcanzó las 1.500 páginas y fue entregado al Papa para que tomara la decisión que se anunció el pasado miércoles: se reconocía el milagro del matrimonio Martin y, por tanto, se daba el último paso para su canonización, que podría producirse durante el Sínodo de la Familia del próximo octubre, según informó la Archidiócesis de Valencia.
Carmen y sus padres recibieron la noticia justo antes de participar el miércoles en la ofrenda a la Virgen de los Desamparados. «Estamos muy emocionados», reconoció Santos a la agencia de noticias de la diócesis valenciana. «Carmen es una niña totalmente normal, muy cariñosa, aunque cuando se enfada, tiene carácter. Es muy buena, nos quiere a todos y siempre reparte amor», añadió.
Tal y como afirmó, le explican poco a poco el milagro, «porque con seis años ya pregunta qué fue lo que le pasó». «Sabe que estuvo malita en el hospital y va comprendiendo lo sucedido. De hecho, hemos viajado a Lisieux y ya reconoce en cuadros o imágenes a Louis y Zélie». Ahora la ilusión de esta familia es viajar a Roma para asistir a la canonización de unos santos a los que jamás olvidarán.
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