La Habana

Los jóvenes dieron voz a la disidencia ante el Papa

El Papa besa el altar desde donde ha ofrecido la misa en Holguín.
El Papa besa el altar desde donde ha ofrecido la misa en Holguín.larazon

Después de que el régimen cubano frustrase el encuentro entre los disidentes y Francisco, un joven reclamó ante él «cambios profundos para Cuba». «Sueña que el mundo contigo puede ser distinto», respondió el Pontífice.

Francisco ha hecho dos intentos de reunirse de forma privada con miembros de la disidencia durante su estancia en Cuba, pero el Gobierno de Raúl Castro se lo ha impedido al detener a los opositores e impedirles así acudir a las citas que tenían con el Papa. La única voz discordante que ha podido oírse de forma pública en los actos presididos hasta ahora por el Pontífice ha sido la del estudiante católico universitario Leonardo Manuel Fernández Otaño, quien ofreció su testimonio en el encuentro que el Pontífice mantuvo con jóvenes cubanos en la tarde del domingo, madrugada en España, en el centro cultural Padre Félix Varela de La Habana.

«Nos une la esperanza en un futuro de cambios profundos para Cuba, donde nuestro país sea un hogar que acoja a todos sus hijos, piensen como piensen y estén donde estén», dijo Fernández Otaño ante el Papa.

Sus palabras fueron celebradas con un fuerte aplauso por los alrededor de mil jóvenes que participaron en este evento, en el que estuvo presente el cardenal Jorge Ortega y Alamino, arzobispo de La Habana. Entre los asistentes había una muestra de la diversidad de la juventud cubana: «Cristianos de todas las denominaciones, practicantes de religiones afrocubanas, creyentes de fe sencilla profunda y no institucionalizada, no creyentes», como destacó Fernández Otaño durante su alocución.

El testimonio de este valiente joven fue celebrado también por el portavoz vaticano, el jesuita Federico Lombardi, pero no así por la prensa cubana. En los diarios de ayer no había mención alguna a su intervención. «Granma» optó en cambio por ofrecer las palabras de un estudiante del Instituto Superior de Relaciones Internacionales llamado Javier López, quien aseguró que el Papa «se ha pronunciado contra los males del sistema capitalista, la injusticia y ha llevado a cabo ‘‘la batalla más importante de estos tiempos, la batalla de las ideas’’». «Juventud Rebelde» ni siquiera informó del encuentro, mientras que los informativos televisivos tampoco se hicieron eco de sus palabras.

Fernández Otaño es un ejemplo de cómo la fe católica ha resistido en parte de la población pasando a través de las mujeres. Según explicó el portavoz del episcopado cubano, Orlando Márquez, el padre de este joven es miembro del Partido Comunista, su madre es católica y la religiosidad le fue inculcada por su abuela. Este estudiante universitario le pidió al Papa que renovase en la juventud «la esperanza de que se puede crecer, estudiar, trabajar, caminar, soñar y ser feliz en esta compleja realidad que nos tocó vivir». También le instó a que ayudara a los jóvenes a que «sepamos acoger al que piensa diferente, que no nos encerremos en los conventillos de las religiones o las ideologías, que podamos crecernos ante el individualismo y la indiferencia, grandes males de la rutina cotidiana».

En este futuro que soñó el joven católico, Cuba será una tierra «de reconciliación» y un espacio «para la cultura del encuentro». Para ello será clave mantener la solidaridad, en la que «radica la fortaleza» de la juventud y que ayuda «a caminar a paso decidido por encima de cualquier obstáculo».

Aunque sin meterse en un terreno que pudiera importunar al Gobierno cubano, Francisco invitó a los jóvenes cubanos a que se atrevieran a soñar con un futuro mejor para su país. Como ya ha hecho en otros viajes cuando mantiene encuentros con la juventud, también en La Habana dejó a un lado el texto que tenía preparado e improvisó. «En la objetividad de la vida tiene que entrar la capacidad de soñar», dijo. «Y un joven que no es capaz de soñar está clausurado en sí mismo, está cerrado en sí mismo. Cada uno a veces sueña cosas que nunca van a suceder, pero soñalas, deséalas, busca horizontes, abrite, abrite a cosas grandes», comentó, utilizando el hablar propio de los habitantes de Argentina.

De hecho, recordó que en su tierra suelen decir: «No te arrugues, ¿eh? No te arrugues, abrite. Abrite y soñá. Soñá que el mundo con vos puede ser distinto». Les pidió a los jóvenes cubanos que sueñen que, si ponen lo mejor de ellos, ayudarán a que el mundo «sea distinto». «No se olviden, sueñen. Por ahí, se les va la mano y sueñan demasiado, y la vida les corta el camino. No importa, sueñen. Y cuenten sus sueños».

Con estas palabras el Papa Francisco respondía a la intervención de Leonardo Manuel Fernández Otaño pensando en todos los jóvenes cubanos. Aunque la mayoría de ellos celebró el nuevo periodo abierto en las relaciones entre su país y Estados Unidos el pasado mes de diciembre, temen ahora que los cambios se produzcan con demasiada lentitud y no terminen de caer todas las restricciones a las que todavía deben hacer frente en sus vidas.

El Pontífice, como suele hacer en este tipo de encuentros, reclamó a los gobiernos de todo el mundo que se preocupen por la juventud y por conseguirle empleo: «Un pueblo que no se preocupa por dar trabajo a los jóvenes, no tiene futuro».

"Una mención especial merecen las llamadas 'casas de misión' que, ante la escasez de templos y de sacerdotes, permiten a tantas personas poder tener un espacio de oración, de escucha de Palabra, de catequesis y vida de comunidad", dijo.

"Son pequeños signos de la presencia de Dios en nuestros barrios y una ayuda cotidiana para hacer vivas las palabras del apóstol Pablo: 'les ruego que anden como pide la vocación a la que han sido convocados'".

De este tipo de casas hay en la actualidad setenta en la diócesis de Holguín, donde existen 32 parroquias y 18 locales dedicados al culto.

"'Sean siempre humildes y amables, sean comprensivos, sobrellevándose mutuamente con amor; esfuércense en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz'", citó Bergoglio de San Pablo.

Las casas de misión son una iniciativa evangelizadora que nació en la década de los setenta del pasado siglo y, aunque no fueron bien valoradas por las autoridades de La Habana, nunca se dictó su prohibición; en toda Cuba hay actualmente 2.330.

Se trata de lugares donde se celebran bautismos, funcionan comunidades estables y hay celebraciones sistemáticas y han sido considerados por la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba como "una de las mayores fortalezas de la Iglesia".

El obispo de la ciudad, Emilio Aranguren Echeverría, tuvo unas palabras de agradecimiento al papa, a quien dijo que su visita obligará a, por parte de la Iglesia local, "favorecer la 'pastoral del encuentro'".

Se refería el obispo a que debe ser un esfuerzo para propiciar "reecuentros entre amigos, familiares, vecinos y conciudadanos, como gesto previo que pueda favorecer la necesaria reconciliación".

La diócesis de Holguín es una de las once en las que está dividida la isla y cuenta con un total de 8 templos católicos, para un población de 1.650.000 personas; el numero de clérigos, entre obispos, sacerdotes diocesanos, sacerdotes "ad gentes"y religiosos asciende a 37, según datos de la propia diócesis.

Además hay 50 religiosas repartidas en catorce comunidades femeninas y existen otras tres comunidades religiosas masculinas.

El acto del papa en Holguín fue el primero en esta ciudad cubana, la tercera más grande del país, tras su llegada a su aeropuerto, donde fue recibido por el obispo Aranguren y autoridades locales.

Después de la misa, el papa tiene previsto acudir a la Loma de la Cruz, una colina desde la que se divisa la ciudad y desde la que bendecirá a la población.

Posteriormente continuará viaje para cumplir con la tercera etapa de su viaje a Cuba, Santiago, donde nada más llegar se reunirá con los obispos de la isla.