Francisco, nuevo Papa

«El Papa Francisco va a ser un cambio en la continuidad»

La Razón
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En su sede de la Piazza Navona, el Instituto Cervantes convocó ayer un coloquio entre periodistas de habla hispana para un hacer un acercamiento a los primeros pasos del Pontificado del Papa Francisco. Marta Lago, responsable de la edición en español de "L'Osservatore Romano", apuntó que si bien el cardenal Bergoglio no era candidato favorito en las quinielas de la calle, "sí lo era en la prensa especializada religiosa, a pesar de la edad". Sobre el nuevo Pontifice, adelantó que va a ser "una constante ver su faceta como pastor"y apuntó que Francisco nos está mostrando estos días "rasgos de pedagogías diferentes con un mismo mensajes. Si Benedicto XVI hablaba de la razonabilidad de la fe para los no creyentes, el nuevo Papa realizó su bendición en silencio por respeto a ellos". Para dibujar su personalidad, Marta Lago desveló las palabras que dirigió el Papa al director y al subdirector de "L'Osservatore Romano"el pasado sábado durante el encuentro con los periodistas, les dijo: "¡No me hagáis mucha propaganda!".

Por su parte, Juan Lara, corresponsal de Efe, adelantó, con la información de que dispone de algunos purpurados que "ni él mismo se esperaba ser Papa. Pero el viento que corría lo hacía a su favor". Elisabetta Piqué, corresponsal del diario argentino "La Nación", la única periodista que adelantó que Bergoglio entraba al cónclave con grandes posibilidades de ser Papa, recordó su intervención "de tres minutos y medio en las congregaciones que "fulguró"a todos los cardenales, que debió ser del mismo estilo que nos ha mostrado estos días a todos". "En mi diario tampoco me creyeron mucho y me preguntaron si estaba segura de lo que quería publicar, y dije sí. Cuando escuché su nombre después de la fumata blanca fue uno de los momentos más emocionantes de mi vida", añadió para dejar caer que espera "un Papado revolucionario cuyo adelanto son los gestos que hemos visto estos días, que no considero ni pequeños ni anecdóticos.

"El análisis más justo que se ha hecho de él hasta ahora, se debe a un vaticanista italiano que lo ha definido como un jesuita con sayo franciscano. No hay que olvidar que es químico, por lo que tiende a la síntesis de lo esencial. Su carrera en la Compañía de Jesús es meteórica pues fe de vocación tardía y sólo cinco años después de profesar los votos perpetuos, ya era provincial de los jesuitas argentinos, algo similar ocurrió con su salto al arzobispado de Buenos Aires"comenta Antonio Pelayo, corresponsal de Antena 3, Vida Nueva y colaborador de LA RAZÓN que destacó que "su llegada es providencial, aunque parezca un lugar común, en un sentido retórico. Va a ser un cambio en la continuidad. Ha insistido en la palabra misericordia que define a Dios y ha de definir a la Iglesia, que va en la línea de la encíclica "Deus caritas est"Benedicto XVI, así como la devoción de Juan Pablo II con la Divina Misericordia". Pelayo añadió que "más que reforma de estructuras y de personas en la Curia, es de mentalidad. Más que de un instrumento de poder, ha de ser un servicio a las comunidades locales. Los obispos son tan sucesores de los apóstoles como el Papa lo es de Pedro. El propio Bergoglio reconoció que uno de los grandes males de la Iglesia son la vanidad y el carrierismo".