Benedicto XVI

Papa Francisco: «La muchacha de Nazaret está en el corazón de Dios»

Primera veneración de Francisco a la Inmaculada. El Papa pide humildad y valentía como la madre de Jesús

El Papa, en la plaza de España de Roma
El Papa, en la plaza de España de Romalarazon

El Papa veneró y realizó la ofrenda floral a la imagen de la Inmaculada Concepción en la plaza de España de Roma, un acto por el que los romanos se echaron a la calle para ver a su Obispo y en el que la embajada de España ante la Santa Sede abrió sus puertas.

El Santo Padre veneró y realizó ayer la ofrenda floral, por primera vez desde que comenzara su pontificado, a la imagen de la Inmaculada Concepción en la plaza de España de Roma. Horas antes, durante el Ángelus, Francisco rezó la oración mariana recordando esta fiesta y se refirió al misterio de la «muchacha de Nazaret que está en el corazón de Dios». Además, el Papa recordó que Dios posa su mirada de amor sobre cada hombre y cada mujer: «También nosotros, desde siempre, hemos sido elegidos por Dios para vivir una vida santa, libre del pecado. Es un proyecto de amor que Dios renueva cada vez que nosotros nos acercamos a Él, especialmente en los Sacramentos», puntualizó. El Obispo de Roma invitó a todos a contemplar a «nuestra Madre Inmaculada, reconociendo nuestro destino verdadero, nuestra vocación más profunda: ser amados, ser transformados por el amor». La embajada de España ante la Santa Sede, situada frente a la iglesia de La Inmaculada, abrió sus puertas a los españoles residentes en Roma y recibió también la visita de autoridades eclesiásticas y políticas italianas. A lo largo de la jornada, diversas instituciones y ciudadanos colocaron flores a los pies de la Virgen, que corona un obelisco de nueve metros de altura. El Sumo Pontífice fue el último en realizar la ofrenda floral. Como marca la tradición, Francisco colocó una corona de rosas blancas y amarillas –los colores de la bandera vaticana– en la base del obelisco. Y es que la Virgen ha sido la favorita de Pío XII, Pablo VI, Juan Pablo II, Benedicto XVI y ahora del pontífice argentino.

A media tarde, antes de llegar a la plaza de España, Francisco se detuvo a rezar en la iglesia de la Santísima Trinidad, donde recibió el homenaje de la Asociación de Comerciantes de Via Condotti, donde se concentran las tiendas más lujosas de Roma. Al llegar a la plaza caminó entre la multitud y saludó a los asistentes, y antes de alcanzar el obelisco, saludó al alcalde de Roma, Ignazio Marino, y al cardenal vicario de Roma, Agostino Vallini. Francisco rezó una plegaria a la Inmaculada sobre una alfombra colocada en plena calle. Los cánticos religiosos se sucedieron y, tras éstos, llegó la bendición papal. Pero el Santo Padre no quiso finalizar el acto de la Inmaculada sin saludar a los miembros de la delegación española, encabezada por el embajador de nuestro país ante la Santa Sede, Eduardo Saéz de Buruaga.

Por otro lado, el pontífice dedicó más de media hora a besar y a abrazar a numerosos discapacitados de la Unión Nacional Italiana de Transporte de Enfermos a Lourdes y Santuarios Internacionales, que aguardaban su paso en primera fila junto a enfermeras y voluntarios. Tras el homenaje a la Inmaculada, el papa acudió a la Basílica de Santa María la Mayor para rezar ante la Virgen «Salus Populi Romani» (Protectora del Pueblo Romano), un icono bizantino del siglo XIII situado en la capilla Borghese o Paulina, muy venerado por el pueblo de Roma y por la orden de los jesuitas, puesto que su imagen era portada por su fundador, San Ignacio de Loyola y por el evangelizador, San Francisco Javier.

Madrid recordará a Mandela

El arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, presidirá mañana un acto ecuménico en memoria del fallecido ex presidente de la República de Suráfrica Nelson Mandela, que tendrá lugar en la Basílica de San Francisco el Grande a las 20:00 horas. El Arzobispado ha invitado a participar a confesiones cristianas y a representantes de otras religiones.