Cine
Rob Zombie, terror heavy
Impredecible y genuino, Rob Zombie, se atreve con una arriesgada historia en la que el director desciende casi hasta la locura en una cinta que se aparta de su estilo «gore» tradicional. «Posee el ritmo de las películas de los setenta que se filmaban en Europa. He tratado de cosntruir una historia llena de caos, sacrificando la estructura. Los grandes estudios hoy no quieren un argumento que confunda al público o que pueda dar que pensar, todo tiene que ser obvio a menos que haya un giro al final. Sin embargo, este filme no es nada convencional», explica. Sobre sus mentores, no lo duda: «Sí me he dejado influir por Polanski, Argento, Kubrick y Lynch, directores que en definitiva me inspiran». Como ya hiciera el citado Polanski, Zombie trabaja en este filme con su esposa Sherri Moon: «Ella da vida a una DJ de la ciudad de Salem que cae bajo el hechizo de unas brujas. Necesito libertad para trabajar y mi mujer me proporciona la parte que necesito».
Ritmo trepidante
Zombie viaja a gran velocidad entre la ficción y la fantasía con lentas y bellas secuencias que han convertido la cinta en una de las más reconocidas de su carrera. «Nunca he trabajado a un ritmo tan trepidante. El presupuesto era bastante ajustado, pues sólo contábamos con dos millones de dólares, y debíamos terminar en un mes. Me ha resultado absolutamente estresante terminar este trabajo». La primera película de Zombie, fue «La casa de los 1.000 cadáveres» y cuando se le pregunta si va al abrigo de la audiencia o busca un público específico, no lo niega, «sobre todo ahora que el drama se ha vuelto irrelevante. Si no consigues que tu película aguante dos semanas en los cines, el espectador piensa que no es buena y nadie la ve. La mayor parte de quienes me siguen han descubierto mis películas en DVD», asegura.
Con unos cuantos proyectos sobre la mesa prepara un drama basado en el hockey, «Broad Street Bullies», y baraja la idea de atreverse con la secuela de «Los renegados del diablo»: «Tengo varias ideas, pero realmente nunca sabes cómo acabarán. Empiezas con un proyecto, después no encuentras financiación y acabas haciendo otra cosa. Voy a empezar a rodar en otoño una historia basada en hechos reales que ocurrieron en un equipo de hockey de Filadelfia, los Philadelphia Flyers. Juntos crearon una formación tan dura que los demás les temían. He estado escribiendo el guión durante un año y medio y puedo afirmar que es la historia más alucinante con la que me he topado». Fiel a sus ideales, no se vende, dice: «Tengo un estilo y voy a seguir igual. El espectador se identifica con lo que hago porque encuentra algo diferente».
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