Salud

Cosméticos: pintauñas, pintalabios o tintes ponen en riesgo la salud

El problema de los acrilatos de los esmaltes permanentes pone de manifiesto la falta de regulación del sector y los peligros del maquillaje

Estos errores al usar maquillaje pueden provocar daños en nuestra salud
Estos errores al usar maquillaje pueden provocar daños en nuestra saludlarazon

El ser humano se maquilla desde tiempos inmemoriales para realzar su belleza, ocultar las imperfecciones y, en definitiva, verse mejor. Sin embargo, con el paso de los años, los pigmentos naturales empleados con tal fin al principio han ido sustituyéndose progresivamente por otros artificiales en los que los químicos han ido ganando terreno. Este hecho hace que, en no pocas ocasiones, maquillarse se convierta en una “práctica de riesgo”.

Un ejemplo de esto es lo sucedido recientemente con los esmaltes de uñas permanentes y semipermanentes. A saber: la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), a través del departamento de cosmetovigilancia, ha pedido a la Comisión Europea que restrinja su venta a profesionales de la estética por los riesgos para la salud de su uso inadecuado.

Y es que, en los últimos años, el consumo de productos de perfumería y cosmética en España se ha disparado –según datos de Stanpa, la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética, en 2018 creció por cuarto año consecutivo, con un incremento del 2% hasta alcanzar los 6.954 millones de euros–, y la manicura de duración prolongada semi-permanente así como las pestañas postizas o las extensiones se han hecho un hueco como ritual de belleza de los españoles. Esta tendencia, sumada a la comercialización de kits domésticos, ha provocado un aumento en el diagnóstico de la dermatitis alérgica por contacto tanto en ámbitos profesionales como no profesionales.

El problema de los acrilatos

“El mal uso de cosméticos que contienen acrilatos junto con la percepción de que no hay repercusión para la salud está incrementando los casos de dermatitis por contacto no sólo en profesionales sino también en usuarios no formados. Por eso, consideramos relevante formar, informar y regular el uso de estos productos como, por ejemplo, se ha hecho anteriormente con las tiazolinonas, conservantes con amplia difusión en cosméticos habituales como toallitas limpiadoras, cremas o productos de higiene y limpieza”, comenta Tatiana Sanz, miembro del Grupo de Dermatitis de Contacto y Alergia Cutánea en la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).

Aplicados sobre la uña, los acrilatos presentes en los esmaltes permanentes no generan problema una vez secos, por eso las uñas se deben de secar en lámparas apropiadas para este uso. Sin embargo, el riesgo aparece cuando este esmalte toca la piel, ya que en ella hay células que pueden reconocer a esta sustancia como un alérgeno, generando, sobre todo en aquellas personas más expuestas, esteticistas que no protejan sus manos, una dermatitis alérgica por contacto.

Esta reacción la puede sufrir cualquier persona que contacte con el esmalte en su piel, lo que pasa es que la probabilidad de que ocurra esto es mayor en las esteticistas, que aplican todos los días estos esmaltes. Y ahora también estamos viendo cada vez más casos en usuarios debido a la venta de kits caseros”, señala Mª Elena Gatica, miembro del Grupo de Dermatitis de Contacto y Alergia Cutánea en la AEDV. Por otro lado, también hay que tener en cuenta que este tipo de productos deben ser aplicados correctamente y secados con una lámpara adecuada. “No es un esmalte normal, hay que secarlo en lámparas bien calibradas, porque debe estar bien polimerizado, es decir, secado adecuadamente para que no genere reacción ni problemas, ya que una vez está seco no da reacción”, continúa.

Cosméticos: pintauñas, pintalabios o tintes ponen en riesgo la salud
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El mayor peligro de los acrilatos es que tienen una reacción cruzada entre ellos, ya que una sensibilización puntual a un alérgeno concreto puede asociarse a otros acrilatos y repercutir en la vida futura de la persona. Y es que la exposición a estas sustancias usadas para otras finalidades podría derivar en dermatitis de contacto a pegamentos. Como ejemplo, los expertos mencionan que la sensibilización al adhesivo de las pestañas postizas puede provocar alergias a otros productos como los pegamentos quirúrgicos y médicos o los cementos utilizados en Odontología y Traumatología. Así, si en un futuro esta persona tiene que recibir, por ejemplo, una prótesis de cadera, puede sufrir un rechazo si contiene en su composición esta sustancia. “Los acrilatos son excelentes materiales que hay que saber utilizar y reservar para un fin justificado”, asegura la doctora Gatica.

Pintalabios tóxicos

También algunas sustancias usadas como suavizantes o hidratantes en los labiales pueden tener efectos negativos en la salud en caso de ingesta, pues pueden resultar tóxicas. Nos referimos a los MOSH (Mineral Oils Saturated Hydrocarbons), POSH (Polyolefin Oligomeric Saturated Hydrocarbons) y MOAH (Mineral Oils Aromatic Hydrocarbons) impurezas propias de compuestos derivados del petróleo. Diferentes análisis de la OCU los ha encontrado en los protectores labiales, los “cacaos” y bálsamos labiales para niños. Ahora también en las barras de labios tras analizar nueve marcas distintas.

No hay normativa sobre los límites de seguridad de los MOSH en productos cosméticos, si bien, por su toxicidad, Cosmetics Europe (la asociación europea de fabricantes), recomienda que no se supere el 5% del total de hidrocarburos saturados en este tipo de productos. Un límite que en el presente estudio se ha elevado hasta un 10% para cubrir el margen analítico de error. Los MOAH, por su parte, están prohibidos en alimentos por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, pero no hay restricciones en los cosméticos, pese a que es fácil ingerir restos en un artículo como éste.

"Todos los productos comercializados actualmente en Europa, que deben de seguir con la normativa de CE, cumplen con unos estándares y unos controles de seguridad estrictos. No llevan componentes que puedan ser ni tóxicos ni dañinos, pero hay que ser más cautos con aquellos que pudieran estar fuera de ese marco legal», asegura Mercedes Sáenz de Santamaría, dermatóloga Clínica Dermatológica Internacional.

El problema, para la OCU, es que no existe una normativa clara, por eso, reclama “una legislación sobre este tipo de contaminantes en los cosméticos y pedimos a los fabricantes y distribuidores que busquen una solución y eviten vender productos que puedan contener este tipo de sustancias”.

Pero pintauñas y pintalabios no son los únicos elementos del neceser que pueden dañar nuestra salud. La gran mayoría de los productos de maquillaje, como las esponjitas o el rimel, están contaminados con superbacterias potencialmente mortales, tal y como revela una nueva investigación de la Universidad de Aston (Reino Unido) y publicada en el “Journal of Applied Microbiology”.

Según este trabajo, millones de personas usan productos de maquillaje todos los días y están contaminados con microorganismos potencialmente mortales, como E. coli y los estafilococos, porque la mayoría no se limpian y se usan mucho más allá de sus fechas de caducidad, revela esta investigación, dirigida por Amreen Bashir y Peter Lambert, de dicha universidad.

En su investigación encontraron bacterias que pueden causar enfermedades que van desde infecciones de la piel hasta envenenamiento de la sangre si se usan cerca de los ojos, la boca o cortes o raspones en nueve de cada diez productos. Este riesgo se amplifica en personas inmunocomprometidas que tienen más probabilidades de contraer infecciones por bacterias oportunistas.

Las esponjas utilizadas para aplicar maquillaje de base para la piel, tenían los niveles más altos de bacterias potencialmente dañinas, y la gran mayoría (93%) nunca se había limpiado, a pesar de que más de dos tercios (64%) se había caído al suelo en algún momento durante el uso. Así los investigadores vieron que estos productos son particularmente susceptibles a la contaminación, ya que a menudo se dejan húmedos después del uso, lo que crea un caldo de cultivo ideal para bacterias dañinas.

Tinte y cáncer de mama

Por otra parte, las mujeres que usan tintes permanentes para el cabello y alisadores químicos tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama que las que no usan estos productos. El estudio, que se publicó en el “International Journal of Cancer”, sugiere que las posibilidades de padecer este tumor aumentó con el uso más frecuente de estos productos químicos para el cabello. Utilizando datos de 46.709 mujeres, los investigadores del Instituto Nacional de Ciencias de Salud Ambiental británico, descubrieron que las mujeres que usaban regularmente tinte permanente en el año anterior a la inscripción en el estudio tenían un 9% más de probabilidades que aquellas que no usaron tinte para el cabello para desarrollar cáncer de seno. Entre las afroamericanas, el empleo de tintes permanentes cada cinco, ocho semanas o más se asoció con un riesgo del 60%.

Todos estos datos revelan que los consumidores se están poniendo en riesgo sin darse cuenta y que los fabricantes y los organismos reguladores deberían hacer más para proteger a los usuarios con normativas más claras y estrictas.

Cambio en la legislación

El 27 de noviembre de 2019 entraron en vigor una serie de modificaciones que la Unión Europea realizó en la legislación de los productos cosméticos, en concreto, en el Reglamento 1223/2009, de 30 de noviembre, que se aplicaba desde julio de 2013. Entre las revisiones más relevantes están los nuevos criterios de uso del climbazol en cremas faciales, lociones y champús. Según el responsable de derecho alimentario de Ainia, José Mª Ferrer, “aunque su uso principal es como conservante, también se puede encontrar en otro tipo de aplicaciones, por lo que se revisó la exposición agregada al climbazol, teniendo en cuenta sus posibles riesgos en cremas faciales, lociones para el cabello y productos para el cuidado de los pies en una concentración máxima del 0,2% y 0,5% cuando se usa como conservante en champús que se aclaran”. Hasta entonces se empleaba en una concentración máxima del 0,5% en productos listos para su aplicación. Otra modificación fue la prohibición del uso de 2-Chloro-p-Phenylenediamine en los tintes para el pelo, cejas y pestañas.