Salud
La salud de medio millón de pacientes en peligro al desfinanciar los fármacos contra la artrosis
La ausencia de las sysadoas multiplica las interacciones farmacológicas en los afectados por esta alteración articular ya que la mayoría no pueden tratarse con antiinflamatorios
Siete millones de españoles sufren artrosis. Esta enfermedad de las articulaciones va a sufrir un crecimiento debido al aumento de la esperanza de vida. Más del 50% de la población mayor de 65 años presenta alguna forma de artrosis, con la rodilla como la articulación más afectada. Esta patología reumatológica tiene género, como apunta el doctor Josep Vergés, médico y director de la Fundación Internacional de Pacientes con Artrosis (OAFI), “la mayoría de los casos son mujeres y constituye la tercera causa de incapacidad transitoria (15% del total) y la primera causa de incapacidad permanente (50% del total). En 2016 se pusieron más de cien mil prótesis de cadera y rodilla". Por eso han realizado un manifiesto que subraya el problema.
La desfinanciación de las sysadoas forman parte del legado de María Luisa Carcedo y hoy se encuentra la mesa del Ministerio de Sanidad, que hoy dirige Salvador Illa. Este proceso está en curso, pero los pacientes son tajantes: “Si hace falta saldremos a la calle para gritar no a la tala de las sysadoas”, subraya María Antonia Robles, presidenta de Aecosar (Asociación Española con la Osteoporosis y con la Artrosis). Se calcula que entre 400.000 y 500.000 pacientes con artrosis en España se verán afectados. De ellos, dos de cada tres pacientes son mujeres. En su mayor parte, el paciente de artrosis es una persona mayor de 65 años que padece otras enfermedades.
¿Por qué no deben desfinanciarse los sysadoas?
Para los pacientes supone prescindir de una opción terapéutica que no interactúa con otras patologías ni medicamentos. “Durante tres años no he tenido dolores, ni rigidez y este tratamiento ha evitado una prótesis de rodilla. Además de la artrosis, tengo más problemas y no puedo tomar los otros antiinflamatorios”, cuenta Carmen Sánchez, tesorera de Aecosar.
Además, como apunta José Luis Baquero, director y coordinador científico del Foro Español de Pacientes, “podría tener un impacto muy negativo dado que aumentaría el consumo de analgésicos, AINEs, opiáceos con el consiguiente aumento de efectos adversos, hospitalizaciones, bajas laborales, posiblemente más prótesis lo que conllevaría a un grave empeoramiento de la calidad de vida de los pacientes con artrosis, y con todo ello, significaría un mayor gasto sanitario”.
Los sysadoas, concretamente el condroitín sulfato y la combinación condroitín sulfato más glucosamina “resultan eficaces en el tratamiento sintomático de la artrosis y deberían continuar siendo financiados en las indicaciones clínicas precisas de artrosis de rodilla y manos y comorbilidades asociadas. Porque estos fármacos también cuentan con una elevada tasa de seguridad”, explica Pilar Rodríguez Ledo, médico de familia, vicepresidenta de SEMG (Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia).
Cuando se apuntan a que hay otras opciones, Antonio García, farmacólogo clínico, presidente del Instituto Teófilo Hernando de Madrid, lo desmiente porque subraya que “no pueden emplear tramadol, por su falta de seguridad en estos pacientes. Tampoco se les puede prescribir AINE (antiinflamatorios no esteroideos) porque tienen muchas complicaciones renales, alteraciones cardiovasculares... No sirven para tratamientos crónicos, de muy a largo plazo”.
Muchas veces conocer la situación de los pacientes resulta clave para poder dibujar la magnitud del problema. Jesús Quiñones tiene sólo 52 años y un problema hepático. “Sufro mucho dolor, bueno no sólo yo mi familia, y este fármaco hace que me encuentre mejor. Con los antiinflamatorios, si no me paras la artrosis, me revientas el hígado” .
Los pacientes y los médicos no ven que tras la desfinanciación de las sysadoas halla un plan B. “Si estamos ante una medida de ahorro hay que decir que ésta cuesta 900 millones de euros, los medicamentos son un 5% y los sysadoas son un 0,5%. El gasto central son las operaciones, las prótesis, las bajas laborales... Estamos ante una medida unilateral”, explica Vergés.
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