Coronavirus

La falta de fármacos obliga a cambiar la pauta de sedaciones

La pandemia desata un desabastecimiento de medicamentos claves que afecta a numerosos hospitales

Al problema de saturación de hospitales y unidades de cuidados intensivos (UCI) se suma también la carencia de algunos medicamentos que están resultando esenciales en esta crisis. Este hecho se debe a dos circunstancias: de una parte, al elevado número de pacientes a tratar, y, de otra, a que su demanda se habría visto multiplicada, ya que, en muchos casos, se une al uso para el que en un principio estarían indicadas. Y eso mismo es lo que estaría pasando con varios fármacos, con los que los ensayos estaría demostrando buena respuesta frente al nuevo coronavirus, como la hidroxicloroquina o el tocilizumab, y otros de uso habitual pero que dada las alta demanda empezarían a no estar tan disponibles. Así, hay problemas en una de las áreas que más esfuerzos está realizando, la de Cuidados Intensivos. Muchos pacientes deben ser ingresados en estas unidades cuando la neumonía causada por el Covid-19 se les agrava y necesitan de ventilación respiratoria. Para conectarlos a los respiradores se requiere de sedación profunda, para lo que se emplean medicamentos de uso común en estas unidades, como las benzodiacepinas o los relajantes musculares, pero que, debido a la alta necesidad, está disminuyendo su «stock» y empiezan a presentar problemas de abastecimiento, lo que ha obligado a cambiar los protocolos. «Debido a la pandemia de Covid-19, estamos sufriendo un desabastecimiento a nivel nacional e internacional que nos obliga a considerar otras pautas de sedación no tan habituales según la disposición de fármacos que vayamos teniendo en cada hospital. Las pautas descritas a continuación no siempre son las más deseables, pero están realizadas pensando en la disponibilidad de fármacos que se tenga en cada hospital y deben individualizarse», explica Manuela García, coordinadora del Grupo de Trabajo de Sedación, Analgesia y Delirium de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (Semicyuc). Para dar respuesta a este problema han encontrado varias soluciones: «En algunos casos reducimos las dosis de los mas empleados y los mezclamos con otros, o usamos medicamentos menos frecuentes, como el Valium, que hace años no se emplea porque han salido otros más modernos y con menos efectos secundarios y por eso lo han sacado del armario», cuenta. Los medicamentos que se estarían viendo comprometidos serían benzodiacepinas intravenosas de la familia del Transilium, como el midazolam, o el propofol, otro sedante intravenoso que se aplica cuando se va a intubar al paciente, o relajantes musculares tipo cisatracurio o rocuronio.