Mario Picazo: «Esperemos que el virus no se comporte como la gripe española y se tome un respiro en verano»

-¿En qué medida se ha reducido la contaminación tras el Covid-19?

-Sobre todo ha disminuido en las grandes ciudades o en zonas más industriales. Lo vimos primero en Hubei (China). Luego también en varias provincias del noreste del país, donde los niveles de ciertos contaminantes como el dióxido de nitrógeno han descendido hasta un 85%. En Europa, la región norte de Italia o ciudades como Madrid y Barcelona, también han visto un descenso de las concentraciones de contaminantes como el CO2. A finales de marzo ya se medían concentraciones entre un 70% y 80% más bajas que las habituales.

-¿Cómo las partículas en suspensión agravan la enfermedad?

-Las PM2.5 representan el mayor riesgo porque, al ser más finas, pueden penetrar profundamente en los pulmones y en ocasiones en el torrente sanguíneo. Las PM10 pueden irritar los ojos, la nariz y la garganta. Los dos tipos pueden complicar la salud en pacientes con Covid-19. Los primeros estudios que relacionan Covid-19 y polución han hallado que en países muy contaminados, como China y EE UU, la tasa de mortalidad del virus es 4,5 veces mayor que en otros con buena calidad del aire. Un aumento de solo 1 microgramo por metro cúbico de PM2.5 se asocia con el ascenso del 15% de la tasa de mortalidad que se registra. Hay otros gases de gran impacto como el ozono que, sumado al efecto de las partículas, puede complicar las afecciones pulmonares.

-¿Cómo incide la humedad del aire en la propagación del Covid?

-El aire seco no es lo mejor. Cuando el aire frío y seco de la calle entra en el interior y se calienta, la humedad relativa cae aproximadamente un 20%, lo que facilita el transporte de partículas virales por el aire. Los estudios más recientes señalan que demasiada humedad exterior también puede favorecer la propagación viral. Por ejemplo, en zonas tropicales, las gotas de aire que contienen el virus pueden acabar depositándose en algunas superficies interiores, y ahí el virus puede sobrevivir períodos más largos. Parece que una humedad cercana al 50% puede ser ideal para ayudar a frenar un poco la propagación. Pero ahí también entra en juego el factor temperatura.

-¿Por qué hay afectación a menor temperatura y qué papel juega la radiación ultravioleta?

-Las estaciones con temperaturas más elevadas pueden ser favorables para desacelerar la propagación del virus, pero al igual que con la humedad del aire, no hay una fórmula mágica que lo elimine. Tampoco sabemos lo resistente que es este virus a la radiación ultravioleta, ya sea directamente del sol o de lámparas que la generan y que mucha gente está comprando. En general, los rayos UV esterilizan, desinfectan y matan los virus. En el pasado, otros coronavirus como el SARS o MERS perdían actividad con los rayos UV. Por lo tanto, sería de esperar que ocurra algo similar con el Covid-19.

-¿El verano reducirá la propagación?

-Durante estas semanas, hemos visto como el Covid-19 se ha propagado a lugares tropicales con temperaturas elevadas y mucha humedad. Por eso, no sabemos cómo afectará la temperatura a su propagación. Hay que tener en cuenta que, a parte, también entrarán en juego la humedad, la contaminación e incluso el viento en algunos casos. De hecho, la gripe española de 1918 experimentó su brote más intenso durante los meses de verano. Esperemos que este virus no se comporte así y se tome un respiro con la llegada del calor.

-Con la desescalada, muchos optarán por ir en coche particular, lo que aumentará la contaminación...

-El coche particular será más seguro que el transporte colectivo. Sin embargo, si todos empezamos a usar el coche, incluso más que antes, aumentarán los niveles de contaminación y con ella todos los problemas relacionados, incluyendo un escenario más propicio para la propagación del Covid-19. Lo ideal sería potenciar el transporte colectivo, haciéndolo más seguro: sin aglomeraciones y con mascarillas y guantes. Y por lo menos durante unos meses estaría bien seguir con el teletrabajo, o por lo menos una combinación de lo presencial y remoto.

-¿Cree que el Covid-19 supondrá un antes y un después en la lucha contra el cambio climático?

-Nadie sabe cómo reaccionaremos después de esta pandemia, pero lo que sí sabemos es que la humanidad ha sido desafiada. Nos tenemos que dar cuenta de la importancia de aplicar políticas de cooperación contra esa otra pandemia que es el cambio climático.