Actualidad

Investigación

Todo lo que dormir suficiente (y bien) puede hacer por ti

Cuelga el cartel de “No molestar” mientras duermes, es una actividad vital. Tanto como comer. Mientras lo hacemos, el cerebro “saca la basura”, unos desechos que, de otro modo, podrían causarnos graves problemas de salud.

Crean un sistema para monitorizar las posturas al dormir basado en señales de radiofrecuencia
Mujer durmiendo.GREGORY PAPPAS / UNSPLASH11/09/2020larazonGREGORY PAPPAS / UNSPLASH

Sabíamos que la falta de sueño no trae nada bueno. Como extremo, aunque la privación del sueño puede sonar inofensiva, se reconoce universalmente como una de las formas de tortura más crueles. De hecho, se dice que se practicaba en China (hasta no hace mucho), con el nombre de “agotar a un águila”. La macabra clave de su éxito era que no deja ningún tipo de marca en el cuerpo de la víctima, pero ayudaba a quebrantar su voluntad.

El sueño es tan importante como la comida. Y es milagroso lo bien que se adapta a las necesidades de nuestro sistema nervioso. Desde las medusas hasta los pájaros y las ballenas, todas las especies duermen. Mientras dormimos, nuestro cerebro no descansa”, señala Gina Poe, profesora de biología y fisiología integrativa de UCLA, que ha realizado investigaciones sobre el sueño durante más de 30 años. La última de ellas ha sido la más ambiciosa. Entre otras cosas, ha demostrado qué el sueño es tan vital para nuestra salud cómo alimentarnos y ha evidenciado, por primera vez, que se produce un cambio drástico en el propósito del sueño a la edad de aproximadamente 2 años y medio. "Antes de esa edad, el cerebro crece muy rápidamente. Durante el sueño REM, cuando se producen sueños vívidos, el cerebro joven está ocupado construyendo y fortaleciendo sinapsis, las estructuras que conectan las neuronas entre sí y les permiten comunicarse. “No despiertes a los bebés durante el sueño REM porque se está realizando un trabajo importante en sus cerebros mientras duermen”, señala Poe. Esa es la razón por la que pasan la mitad de su tiempo de vida durmiendo.

El equipo de investigación, que incluyó a científicos con experiencia en neurociencia, biología, matemáticas y estadística, ha realizado el análisis estadístico más completo del sueño hasta la fecha, utilizando datos de más de 60 estudios del sueño en humanos y otros mamíferos. Para ello, examinaron el tiempo total de sueño, el tiempo de sueño REM, el tamaño del cerebro y el tamaño del cuerpo, y ha construido y probado un modelo matemático para explicar cómo cambia el sueño en relación al tamaño del cerebro y del cuerpo.

Mantenimiento y reparación del cerebro

Según explican los científicos en la revista Science Advances,después de los dos años y medio, el propósito principal del sueño cambia, pasando de la construcción del cerebro a su mantenimiento y reparación, una función que mantiene por el resto de nuestras vidas. Debido a esto, los niños duermen menos a partir de esa edad. Y, de aquí en adelante, las horas de sueño REM van disminuyendo dramáticamente. “Esta transición, corresponde a cambios en el desarrollo del cerebro. Todos los animales experimentan, naturalmente, una cierta cantidad de daño neurológico durante las horas de vigilia, y los desechos resultantes, incluidos los genes y proteínas dañados dentro de las neuronas, pueden acumularse y causar enfermedades cerebrales.El sueño ayuda a reparar este daño y a limpiar los desechos, esencialmente ordenando el cerebro y sacando la basura que, de otro modo, podría provocar una enfermedad grave. Casi toda esta reparación del cerebro ocurre durante el sueño”, afirma el autor principal Van Savage, profesor de Ecología y Biología evolutiva y de Medicina Computacional de la UCLA, y sus colegas.

No dormir te puede matar

Curiosamente, algo tan esencial como dormir no es considerado un síntoma de salud, inteligencia y madurez en la mayor parte de las sociedades, sino que es percibido por muchos adultos como “una pérdida de tiempo”. Incluso, en algunos casos, dormir poco se ha incluido dentro de las rutinas que siguen las personas exitosas. Sin embargo, la investigación evidencia que la falta crónica de sueño probablemente resulte en problemas de salud a largo plazo, como la demencia, la diabetes o la obesidad, entre otras enfermedades. “Cuando empiece a sentirse cansado, no luche contra eso, vaya a la cama”, recomienda Poe. “Luché con el sueño y pasé todas las noches despierto cuando estaba en la universidad, y ahora creo que fue un error", añade Savage. Me hubiera ido mejor con una buena noche de sueño. Ahora, cuando me siento cansado, no tengo ningún sentimiento de culpa por dormir”, concluye.