Cáncer
Eloy Tejero: «La laparoscopia se ha convertido en la vía de elección para la mayoría de tumores digestivos»
Las 10 preguntas de A TU SALUD al Jefe del Servicio de Cirugía General del Hospital Quirónsalud Zaragoza
1. ¿Podría explicarnos de forma sencilla en qué consiste una duodenopancreatectomía cefálica?
Es una de las intervenciones mas complejas y extensas de las que se pueden realizar en el abdomen. Consiste en la extirpación de la cabeza del páncreas, junto con el duodeno y el conducto biliar, y con frecuencia parte del estómago y yeyuno. Es decir, aunque el objetivo prioritario es la cabeza del páncreas, la íntima unión de ésta con el duodeno y el conducto biliar obligan a extirparlos a la vez. Después hay que reconstruir lo que se ha extirpado haciendo una nueva salida del estomago al intestino, del conducto biliar al intestino y del páncreas también al intestino o al estomago. En definitiva, es una intervención larga y laboriosa.
2. ¿Es muy frecuente este tipo de operación?
Es una intervención que se utiliza sobretodo para tratar los tumores de la cabeza del páncreas, fundamentalmente tumores malignos y también tumores benignos con potencial de transformación maligna o que produzcan complicaciones en el páncreas. Este tipo de problemas son frecuentes y con tendencia a aumentar, por lo que esta intervención es frecuente en las unidades especializadas.
3. Ustedes han realizado, por primera vez en la comunidad de Aragón, una de forma laparoscópica. ¿Qué ventajas presenta esta vía respecto del abordaje habitual?
Así es. Por primera vez en Aragón, en el Servicio de Cirugía General, Laparoscópica Avanzada y Oncológica del Hospital Quirónsalud Zaragoza, se ha realizado esta intervención de forma completamente laparoscópica, motivados por la intención de ofrecer a los pacientes las ventajas que esta vía aporta respecto a la vía abierta tradicional: fundamentalmente, disminuir el grado de agresión que la intervención supone para el paciente, facilitando una recuperación más precoz y rápida, disminuyendo el dolor postoperatorio y las complicaciones y secuelas ligadas a una gran incisión abdominal necesaria cuando la intervención es abierta, además del mejor resultado estético. Todas estas ventajas se obtienen al realizar la intervención a través de unas cuatro o cinco pequeñas incisiones de alrededor de un centímetro, por las que se introducen una cámara y diversos instrumentos. Terminada la extirpación, la extracción de esos órganos se lleva a cabo a través de una pequeña incisión localizada encima del pubis.
4. ¿Hace falta alguna circunstancia específica para poder realizarse?
Es preciso que concurran las condiciones necesarias por tres vías diferentes. Por una parte, las condiciones dependientes del paciente: que el tumor sea resecable (es decir, sin un grado de invasión desbordado), y unas condiciones generales de la persona que sean aceptables para soportar esta intervención. Por otra parte, un equipo especializado en cirugía pancreática y muy entrenado en cirugía laparoscópica. Por último, unos medios de equipamiento quirúrgico y soporte hospitalario adecuados.
5. ¿Y cuáles son las principales dificultades que se encuentran a la hora de llevar a cabo esta intervención?
Sobretodo dificultades técnicas ligadas a la complejidad de la intervención, puesto que hay que hacer una extensa disección de órganos y estructuras muy importantes en la que siempre existe el riesgo de hemorragias y otros accidentes graves, además de la complejidad técnica para reconstruir todo lo extirpado. Todas estas dificultades, ya presentes en la cirugía abierta tradicional, se magnifican en la laparoscopia como consecuencia de las limitaciones ópticas, de la distancia que separa al cirujano del campo quirúrgico y de la ausencia de tacto directo. No obstante, todas estas dificultades se pueden superar con un entrenamiento adecuado en técnicas laparoscópicas.
6. ¿Qué clase de pacientes podrían beneficiarse de este tipo de intervención?
En principio todos los pacientes con una lesión de cabeza de páncreas que requiera su extirpación pueden ser candidatos a la intervención, desestimándose para la cirugía laparoscópica los casos con importante invasión tumoral vascular o aquellos pacientes con otros factores personales que desaconsejen una laparoscopia. En estos casos es mas aconsejable recurrir a la cirugía abierta tradicional.
7. ¿Y se requiere de algún tipo de preparación especial por parte del paciente?
En absoluto. La preparación de cara a la intervención es la misma que para someterse a una cirugía tradicional abierta, con un exhaustivo estudio preoperatorio para conocer la extensión de la tumoración.
8. ¿Cuáles fueron los resultados de esta primera intervención?
La evolución del paciente fue excelente, sin presentar ninguna complicación. De forma precoz reinició la alimentación oral, el dolor postoperatorio fue mínimo y el alta hospitalaria fue muy temprana. Los drenajes que se colocaron en la intervención junto a los empalmes realizados para la reconstrucción (desde el estómago, conducto biliar y páncreas al intestino) pudieron retirarse tras comprobar la ausencia de filtraciones.
9. ¿Existen otras aplicaciones de la laparoscopia en la cirugía de tumores de páncreas?
Sí. En ocasiones los tumores de cabeza de páncreas que no sean extirpables pueden provocar una obstrucción en la salida del estomago que imposibilite la alimentación normal del paciente, o también una obstrucción del conducto biliar. Cuando estas obstrucciones no pueden resolverse de otra manera, se pueden crear nuevas salidas del estomago y del conducto biliar hacia el intestino con técnicas laparoscópicas. Por otra parte, ciertos tumores de cuerpo y cola del páncreas pueden también extirparse mediante cirugía laparoscópica, incluyendo la extirpación simultánea del bazo o evitando hacerlo según convenga.
10. ¿Y en otro tipo de tumores gástricos, también se usa esta técnica?
La cirugía laparoscópica hoy es prácticamente rutinaria para casi todos los cánceres de estómago y esófago con resultados excelentes. También es frecuente en muchos tumores del hígado. En la actualidad la cirugía laparoscópica se ha convertido en la vía de elección para la mayor parte de los cánceres de tipo digestivo, como sucede con los tumores colorrectales.
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