Salud
“Los colegios deben mantenerse abiertos si hubiera un nuevo confinamiento"
“La apertura de las escuelas sólo ha contribuido un 4% a la pandemia y sabemos que los menores no son supercontagiadores. No hay que volver a encerrar a los niños”, advierten los pediatras
Después de ocho meses lidiando con el coronavirus y la Covid-19 hay algunos errores que ya se han corregido y en los que no se debería volver a caer, como demonizar a los menores. “Podemos asegurar que los niños no son supercontagiadores de la Covid-19, así que, ante un posible nuevo confinamiento domiciliario, creemos que los colegios deben permanecer abiertos". Con los datos en la mano, ahora ya sabemos que la apertura de las escuelas sólo ha contribuido un cuatro por ciento a la pandemia. Los niños no son grandes transmisores del virus, tal y como sí ocurre con la gripe. Por ello, balanceando el desarrollo emocional, social y educativo, resulta imprescindible mantener la escolarización, porque se ha demostrado que no perjudica a la tasa de transmisión”, asegura María José Mellado, presidenta de la Asociación Española de Pediatría, AEP, con motivo del I Congreso Digital de Pediatría, que se celebra del 5 al 7 de noviembre y en el que participarán más de 4.000 pediatras hispanohablantes.
La decisión de abrir o cerrar las escuelas es un interrogante que ronda la cabeza de muchas familias, por todo lo que ello implica. Sin embargo, los pediatras lo tienen claro: “En esta segunda oleada, aunque sea muy virulenta, ya sabemos que la apertura de las escuelas no supone una gran carga epidémica, porque en la balanza debe pesar más la importancia de la educación para los más pequeños”, confirma Juan Ruiz-Canela, vicepresidente de Atención Primaria de la AEP, quien puntualiza que "el cierre de escuelas solo se debe hacer si aparecen brotes muy locales que impliquen un gran número de casos, pero nunca un cierre generalizado”.
¿Hay que cerrar los parques infantiles?
Y si las escuelas deben permanecer abiertas, la otra gran duda que puede marcar socialmente esta segunda oleada es la apertura o no de los parques infantiles. Ante esta tesitura los pediatras también lo tienen claro: “En este caso también ha variado el conocimiento durante estos meses y no se tendría por qué tomar la decisión de cerrar los parques. Ahora sabemos que en los espacios al aire libre, siempre que se use mascarilla y se respete la distancia social, así como extremando las medidas de limpieza en las zonas de juego, el riesgo de contagio es pequeño”, asegura Ruiz-Canela, quien hace hincapié en que “poder estar en espacios abiertos, a la luz del sol, es lo más sano para los menores”.
En este sentido, la presidenta de la AEP es contundente: “Los niños no pueden volver a estar encerrados tantas semanas en casa, porque eso conlleva unas consecuencias psicológicas, emocionales y físicas que pueden resultar graves en el desarrollo infantil. Si hubiera un confinamiento, habrá que limitar el uso de espacios comunes o reducir las horas de salidas, pero no se puede volver a meter a los niños en casa”.
Impacto de la pandemia en la atención pediátrica
“La pandemia de Covid-19 ha impactado directamente en la atención pediátrica, lo que hace urgente reforzar la pediatría de Atención Primaria y redistribuir recursos. Estamos ante la configuración de una nueva forma de hacer Pediatría más eficiente”, asegura la presidenta de la AEP.
De hecho, según diversos estudios que se van a presentar en este encuentro virtual que arranca hoy, durante los meses de confinamiento (marzo- mayo de este año) se redujeron hasta en un 84% las consultas de urgencias en hospitales, pero aumentó hasta un 66% la gravedad de la patología intervenida. Estos datos “deben alertarnos de la necesidad de prepararnos para que, durante las próximas olas como la que ya estamos viviendo, podamos seguir prestando la atención necesaria a la población pediátrica y juvenil”, explica la doctora Mellado.
Además de las últimas evidencias de la Covid-19 en Pediatría, durante el Congreso se actualizarán otros temas de la especialidad entre los que destacan los relacionados con los hábitos saludables durante la infancia y su impacto en la salud adulta. Tal y como señala la doctora Josefa Rivera, presidente del Comité de Congresos Científicos de la AEP, “que la Covid-19 haya afectado menos directamente a la población pediátrica no significa que no esté sufriendo sus consecuencias. Es más, corremos el riesgo de visibilizar poco al paciente pediátrico. Si volvemos a retrasar diagnósticos y el seguimiento de algunas enfermedades por estar centrados sólo en la patología grave y aguda podría empeorar la salud de nuestros niños y adolescentes”. Por ello, con el objetivo de llevar los últimos conocimientos a todos los pediatras, este Congreso ha incluido varias mesas y comunicaciones sobre la Covid-19 entre sus contenidos formativos.
Otro de los datos que se extraen de la evaluación de la pandemia del coronavirus es que, debido al uso de mascarillas y otras medidas higiénicas, los datos muestran una disminución de hasta un 80% en infecciones gastrointestinales y otras enfermedades infecciosas de garganta, nariz y oído (ORL). A este respecto, y de acuerdo con la experiencia del invierno en los países del hemisferio sur, el doctor Ruiz-Canela se muestra optimista: “la incidencia de las enfermedades respiratorias como la gripe, la faringitis o la neumonía -que suponen la gran mayoría de las consultas de pacientes agudos en pediatría de Atención Primaria- ha sido mucho menor este invierno. Si esta misma situación se diera en España, supondría una disminución teórica importante de la presión asistencial”, asegura el pediatra.
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