Covid-19

Demuestran que solo algunos suplementos nutricionales reducen el riesgo de contagio

El uso de multivitamínicos, omega-3, probióticos y vitamina D sí mejora la respuesta inmune, pero no tanto el zinc y la vitamina C, según un estudio publicado en British Medical Journal

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La pandemia de la Covid-19 nos ha hecho más conscientes de la necesidad de cuidar la salud, lo que ha disparado el consumo de suplementos nutricionales que aspiran a reforzar el sistema inmune para hacernos más fuertes frente al SARS-CoV-2. Las cifras no dejan lugar a dudas, ya que la venta de este tipo de productos creció en España a un ritmo del 75,4% durante 2020 en comparación con el ejercicio anterior, según datos de la consultora Iri; tendencia creciente que también confirman los laboratorios, con un «incremento del 26% en la categoría de suplementos vitamínicos en 2020 comparado con el año pre-Covid», reconoce Anne-Sophie Füller, gerente de desarrollo de negocio de Kneipp.

Pero el furor desatado por estos productos en plena pandemia está salpicado por una incierta evidencia científica. De hecho, esta misma semana un estudio poblacional realizado en Reino Unido, Estados Unidos y Suecia, y publicado en la revista «BMJ Nutrition Prevention & Health», ha mostrado que no todos los suplementos nutricionales son igual de efectivos frente a la Covid-19.

En concreto, tomar productos multivitamínicos, de omega-3, probióticos o suplementos de vitamina D sí puede disminuir el riesgo de contagio, principalmente en mujeres, mientras que los de vitamina C y zinc no se asociaron con una menor probabilidad de dar positivo, «a pesar de que ambos contribuyen al funcionamiento normal del sistema inmunitario, por lo que cualquier persona puede beneficiarse de estos suplementos tomándolos de forma preventiva», asegura Füller. «Este nuevo estudio es de tipo observacional, por lo que no se pueden sacar conclusiones sobre la eficacia de los suplementos vitamínicos, ya que es posible que los pacientes que consumían este tipo de productos tuviesen una alimentación más variada y saludable, realizasen más ejercicio físico (que también juega un papel en la inmunidad) o fuesen más precavidos a la hora de minimizar el riesgo de contagio. Estos suplemento sí pueden ayudar a mantener la función del sistema inmune, pero hay muchos más factores que influyen en una infección y en la inmunidad», advierte Francisco Pita, miembro del grupo de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN).

En este sentido, tal y como insiste Daniel Fernández, farmacéutico de la dirección de servicios técnicos del Consejo General de Farmacéuticos (CGF), «hoy en día ningún complemento alimenticio ha demostrado ser eficaz frente al SARS-CoV-2 y no pueden prevenir ni curar enfermedades, por lo que no deben sustituir una dieta equilibrada».

Y en esa línea también se posiciona Lucía Redondo, dietista-nutricionista del Instituto Valenciano Digestivo del Hospital Casa de Salud (Valencia), quien argumenta que «algunos suplementos sí que han mostrado tener efectos positivos en el sistema inmune, como es el caso de la vitamina D. Ahora bien, cuidar el sistema inmune no significa tomarnos un suplemento, sino tener buenos hábitos de vida; es decir, evitar tabaco y alcohol, mantenerse físicamente activo, exposición solar suficiente, buena gestión del estrés y de las emociones, contacto con la naturaleza y dormir suficiente, así como alimentarnos de forma saludable y mejorar la microbiota intestinal».

A pesar de ello, la tendencia es clara y en las consultas hay mucho mayor interés por estos productos. «Existen algunos nutrientes que sabemos que juegan un papel clave en el sistema inmune. Especial mención se merecen la vitamina D, la C, el zinc, el cobre, el selenio y los omega-3 en forma de DHA y EPA. Pero eso no significa que tengamos que suplementarnos de todos ellos. Debemos procurar que nuestra dieta aporte suficiente cantidad de ellos. Sólo en algunos casos hay que valorar si se necesita ese refuerzo», recomienda Redondo.

El peligro del abuso

Y eso pasa por «determinadas situaciones fisiológicas o durante periodos de tiempo concretos, pero siempre bajo el consejo de un profesional sanitario», recomienda Fernández. De hecho, según advierte Pita, «su empleo rutinario no se aconseja, salvo prescripción médica. Por suerte, muchas de las vitaminas son hidrosolubles y se eliminan por la orina cuando los riñones funcionan adecuadamente. Pero hay un tipo de vitaminas, las liposolubles, que se acumulan y son más tóxicas. Por eso, puede ser peligroso tomarlas sin supervisión. Además, en un complejo polivitamínico que tenga minerales y oligoelementos, el exceso de alguno de ellos puede dificultar la absorción de otro. No por tomar un suplemento se va a tener mejor estado nutricional».

Por ello, los especialistas apuestan por empezar por una dieta variada, basada sobre todo en el consumo de productos frescos, frutas y verduras que aseguren la ingesta de vitaminas y minerales necesarios, así como antioxidantes y otros compuestos con relevancia nutricional.

Nutricosmética

Cada vez existen alternativas más sofisticadas capaces de mejorar la piel, lograr la pérdida de grasa o mejorar los problemas urinarios. Se tiende a «una mayor concentración de ingredientes, la pureza de las materias primas y una formulación con dosis mayores de cada componente que garantizan la eficacia. Todo ello, con aval científico», asegura Carolina La Valle,CEO de Theflag. «El contexto actual propicia el cambio de hábitos, a menudo empeorando nuestra dieta y reduciendo la actividad física. Por eso, un suplemento puede ayudar al sistema inmune a volver a ponerse a punto», aconseja Anne-Sophie Füller.