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Sanitas contra las cuerdas: la Unión Médica Profesional denuncia el abuso de la aseguradora

Los médicos acusan a Sanitas de que las retribuciones que perciben se encuentran por debajo de los costes que soportan

Según el denunciante, el médico se negó a prestarle asistencia
Según el denunciante, el médico se negó a prestarle asistenciaLa Razón

La Asociación Unión Médica Profesional (Unipromel), presidida por don Ignacio Guerrero, se ha visto obligada a remitir una contundente carta a la aseguradora Sanitas con el fin de defender los intereses de los profesionales médicos de ejercicio libre. En concreto, Unipromel denuncia una situación de desamparo de los profesionales y solicita formalmente el inicio de negociaciones por parte de Sanitas con los médicos de ejercicio libre en los términos que, textualmente, se indican más adelante en una reproducción literal de la carta que la Asociación ha enviado a la aseguradora:

Las retribuciones que Vds. vienen satisfaciendo a los facultativos de ejercicio libre que están adscritos a sus cuadros médicos, la forma en la que se determinan las mismas y, en general, las desequilibradas relaciones contractuales que Sanitas mantiene con los médicos, constituye, pues, el objeto de la presente. Como bien conocen, los baremos decididos unilateralmente por Vds. y de los que proceden las retribuciones a los médicos que componen sus cuadros, permanecen prácticamente inalterados desde hace treinta años. Las solicitudes de actualización de honorarios han sido siempre ignoradas y desoídas por Sanitas, llegándose al escenario perverso que, en muchísimas ocasiones, las retribuciones que perciben los médicos se encuentran por debajo de los costes que soportan. Aún más; cuando alguno de los médicos ha anunciado su deseo de renegociar las condiciones contractuales, incluyendo las económicas, que regulan su prestación con Sanitas, reactivamente han procedido Vds. a adoptar inmediatas represalias contra los mismos, en forma de resolución unilateral del contrato de servicios o no renovación de este, lo que ha dado lugar a la implantación de una suerte de ley del silencio respecto del asunto referido. Esta situación, establecida por Sanitas, resulta completamente inaceptable.

Para mayor perversión del modelo que Sanitas implementa respecto de retribuciones profesionales de los facultativos y relaciones jurídicas con ellos, la carta hace hincapié en que Sanitas “ha dado un paso más consistente en colocar entre médico y aseguradora a los grupos hospitalarios. De esta forma y, por un lado, Sanitas modifica el sistema de adjudicación de claves médicas, las cuales no se atribuyen, como es de elemental lógica, a los facultativos sino a los grupos hospitalarios. Por otro lado, el grupo hospitalario se sitúa como artificioso e inútil intermediario entre asegurador y médico. El grupo hospitalario recibe de Sanitas el precio de los actos médicos realizados por los facultativos con arreglo al muy obsoleto baremo que Vds. imponen y retribuye a los facultativos conforme al mismo, incautando además, por la vía de los hechos, de un 30% a un 50% o porcentaje aproximado de tales retribuciones, detracción que empobrece aún más si cabe a los facultativos, y que carece de cualquier conceptuación que no sea la imposición unilateral que protagonizan tanto las aseguradoras, Vds., como los grupos hospitalarios”. Ítem más, los grupos hospitalarios que tienen contrato con Vds. solo retribuyen al médico cuando reciben del asegurador del precio de los actos médicos con lo cual se traslada el riesgo de impago a los propios facultativos. Con esta estrategia, los médicos son excluidos de la posibilidad de negociar sus condiciones contractuales y cuando lo intentan o meramente manifiestan su deseo de hacerlo, son represaliados por Vds., siendo automáticamente expulsados del cuadro médico, como antes hemos indicado, mediante la resolución unilateral de sus contratos o la no renovación de estos”.

“Las aseguradoras como Sanitas tienden a convertir la asistencia médica a través del ramo del seguro de enfermedad en una actividad meramente lucrativa, despreocupada de la calidad asistencial a sus clientes, y solo atenta a la expectativa de beneficio. Y todo lo dicho sin considerar que Vds., las aseguradoras, falsean aviesamente la realidad al publicitar a sus asegurados o posibles clientes, que disponen de un cuadro de médicos “en plantilla”, cuando estos, en muchos casos, no son más que falsos autónomos, víctimas de una problemática jurídico-laboral muy próxima a la de los riders o repartidores, cuya situación legal está siendo reconducida mediante su laboralización y que ofrece, sin duda, similitudes con la relación contractual que Vds. mantienen con una buena parte de los médicos, asunto que nuestros servicios jurídicos están estudiando”, asegura con contundencia el abogado de Unipromel, quien hace hincapié en que “en definitiva, se trata de que el modelo de imposición unilateral que Vds. han implementado y sostenido hasta la fecha se encuentra periclitado absolutamente, que es imposible mantenerlo si desean que se preste a sus clientes una asistencia médica con la calidad de la que Sanitas presume en su publicidad y que los médicos de ejercicio libre no van a tolerar por más tiempo las prácticas abusivas e ilegales y que tanto beneficio les ha venido generando. Todo lo anterior, constituye el objeto de la presente carta que no es otro, como ha quedado dicho, que reclamarles a Vds. la negociación individual con los facultativos, médico por médico, considerando las diferencias entre unos y otros (por experiencia, prestigio profesional, realización de inversiones en sus consultas, etc.) de las cláusulas que integran los contratos de servicios, atendiendo, además, a que las condiciones retributivas sean, cuando menos, justas, de mercado y debidamente actualizadas con arreglo a IPC, impidiéndose con ello la situación de postración económica en que Vds. han situado a los médicos de ejercicio libre adscritos a sus cuadros. El uso que hace Sanitas de las relaciones contractuales con los médicos, haciendo y deshaciendo a su capricho e imponiendo condiciones económicas obsoletas (nunca actualizadas, ni siquiera con arreglo a IPC), no solamente constituye un abuso, sino que de ello resulta una forma de actuar de todo punto ilícita en cuanto palmariamente transgresora de nuestro ordenamiento jurídico. La imposición de cláusulas contractuales a los facultativos, determinando unilateralmente sus honorarios y trasladándoles Vds. verdaderos contratos de adhesión, constituye una anomalía legal sancionada en muchos casos con la nulidad de tales supuestos “pactos”. Ya les advertimos que los médicos asociados a Unipromel y que eventualmente integran sus cuadros médicos no van a tolerar la continuidad en el tiempo de estas actuaciones por parte de Sanitas”.