Pandemia

La carga viral de Ómicron no determina su infectividad

Los datos sobre los niveles virales apuntan a que la mayor capacidad de transmisión de esta variante no proviene de la liberación de grandes cantidades de virus de personas infectadas sino a su habilidad para evadir el sistema inmune

La carga viral de Ómicron no determina su infectividad
La carga viral de Ómicron no determina su infectividadSandra R. PovedaSandra R. Poveda

Cuando parece que ya se conoce la forma de actuar del SARS-CoV-2 –sus periodos de incubación, la forma de transmisión por aerosoles (aunque esto costó un poco)– e incluso disponemos de vacunas para inmunizarnos, llegó Ómicron para tirar por tierra buena parte de lo aprendido. O, para ser más exactos, tener que actualizar esos conocimientos y adaptarlos a la forma de actuar de esta nueva variante. Una de esas cosas ha sido la carga viral que, para entendernos, hasta ahora había sido considerada una de las medidas clave que determinaban si una persona era o no contagiosa (independientemente de que presentara síntomas o no).

«Es importante desde el punto de vista de que cuanto más alta está, más virus hay en el tracto respiratorio superior y más posibilidades de diseminación del mismo», explica Sonia Zúñiga, investigadora del CNB-CSIC. Por contra, «una carga viral muy baja nos dice que hay virus pero no es infeccioso», continúa. O, resumiendo, «a más carga viral, mayor es la capacidad de transmitir el virus», apunta Jorge Carrillo, vocal de la Sociedad Española de Inmunología (SEI), razón por la que juega un papel crucial y es tenida en cuenta para determinar el tiempo que una persona es contagiosa y establecer cuarentenas en base a esto a fin de frenar la transmisión del coronavirus.

Sin embargo, esa correlación podría verse afectada en el caso de Ómicron, tal y como plantean ahora dos estudios que muestran que la variante ha tenido éxito a pesar de causar niveles virales en el cuerpo similares o inferiores a los de su antecesora Delta. Así, los resultados sugieren que la hipertransmisibilidad de Ómicron no proviene de la liberación de grandes cantidades de virus de personas infectadas.

Para comparar las cargas virales vinculadas al constante cambio de variantes del SARS-CoV-2 , Yonatan Grad, especialista en enfermedades infecciosas de la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard, en Boston, (EE UU), y sus coautores se basaron en datos de la Asociación Nacional de Baloncesto (NBA), la organización responsable del baloncesto profesional norteamericana (la liga realiza pruebas frecuentes de Covid-19 a sus jugadores y personal). Los investigadores estudiaron los resultados de las pruebas de PCR de frotis de nariz y garganta recolectados de personas infectadas y encontraron que, los que tenían Delta, poseían una carga viral máxima ligeramente más alta que aquellos con Ómicron. «Realmente no esperaba ver eso», reconoce Grad.

¿A más carga más contagio?

«Parece lógico pensar que a mayor carga viral, más capacidad de trasmisión, pero no necesariamente. Es posible que superándose un nivel, la transmisión se produzca con independencia que se aumente o no la carga viral a partir de ese momento. En infecciones producidas por bacterias transmisibles, la dosis infectiva no siempre es la misma y esto podría estar sucediendo con las diferentes variantes. En definitiva, además de la carga viral, podrían estar participando otros factores en la transmisión», señala Rafael Cantón, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc) y jefe del Servicio de Microbiología del Hospital Ramón y Cajal, de Madrid, sobre el papel de la carga viral en la transmisión del SARS-CoV-2.

Benjamin Meyer, virólogo de la Universidad de Ginebra (Suiza), también quedó atónito con los resultados de Grad. «Naturalmente, uno pensaría que una mayor transmisibilidad debe causar una mayor carga viral», dice. Así que llevó el estudio un paso más allá: en lugar de medir solo el ARN viral, también contabilizó la cantidad de partículas de virus infecciosos en hisopos recolectados de un grupo separado de casi 150 personas infectadas. Este método más estricto no encontró diferencias significativas entre las cargas virales de los individuos vacunados infectados con Ómicron y los portadores de la variante Delta. Y la conclusión a la que llegó fue que, la mejor explicación de su propagación a la velocidad del rayo es su capacidad para evadir la inmunidad del SARS-CoV-2 bien por vacunación o bien por infección pasada.

«Lo que se pregunta realmente del artículo es si la carga viral es el único factor determinante. La ausencia de una respuesta inmunitaria o una respuesta parcial (o incluso algún otro factor no relacionado con la respuesta inmunológica, como un tropismo diferente por el tracto respiratorio), podría ser también un factor determinante. Incluso podría ser su “persistencia ambiental”», apunta el doctor Cantón.

«El segundo estudio no ve diferencia y lo que dice es que hay más factores que están influyendo, no solo la cantidad de virus presente en la nariz sino también las personas que la va a recibir, la inmunidad que tenga, y esta es menor que frente a otras variantes, de ahí que se estén dando las terceras dosis –coincide Zúñiga–. Sabemos que Ómicron ha bajado la inmunidad y además es más transmisible. Es el conjunto de todos los factores lo que hace que se contagie más».

Test negativo tras la cuarentena

¿Quiere decir eso que ha cambiado este paradigma? ¿Qué supone entonces? Para Carrillo, «existe una relación directa entre carga viral y capacidad de contagio; sin embargo, la pendiente de esta relación puede ser distinta en función de la variante, siendo difícil establecer esta relación de forma precisa con cargas virales bajas, ya que aquí aumenta la variabilidad. No toda la carga viral que se detecta con un test de antígeno o con una PCR es virus infeccioso. Cuanta más baja es la carga viral, mayor variabilidad, por lo que es difícil establecer un umbral fiel a partir del cual considerar a una persona como contagiadora o no. Es esperable que si Ómicron tiene una mayor capacidad de contagio, esto se vea particularmente con cargas virales bajas. En cualquier caso, si tienes carga viral cabe la posibilidad de que puedas contagiar a otras personas, aunque esta probabilidad pueda ser baja. También es importante tener en cuenta el tiempo de exposición; es decir, no es lo mismo pasar cinco minutos con una persona infectada con baja carga viral que estar cinco horas en una habitación sin ventilación».

«Esto no modifica que la vía de transmisión sea la misma, pero indica que nuevas variantes se adaptan a una mayor capacidad de transmisión como factor evolutivo de su persistencia», añade el doctor Cantón.

Pero sí hay un aspecto que puede verse afectado por ese cambio. Estos hallazgos tienen implicaciones para las políticas sobre el aislamiento después de la infección. Y es que Grad y sus colegas encontraron que cinco días después de una prueba inicial positiva para Ómicron, aproximadamente la mitad de las personas analizadas tenían cargas virales lo suficientemente altas como para que, probablemente, todavía fueran infecciosas.

Por eso Zúñiga lamenta cómo se han actualizado las cuarentenas de los infectados, no ya por la reducción en los días (de diez a siete), sino por el criterio elegido para salir de ella en nuestro país: «Se han hecho con el criterio de no síntomas (es decir, no presentarlos durante tres días), pero debería tenerse también un test de antígenos negativo el séptimo. Eso es lo que se hace en otros países. Aquí si los tres últimos estás sin síntomas ya te puedes incorporar a tu puesto de trabajo. Pero basarnos solo en los síntomas va a dejar salir a gente que, aunque no los presente, sigue siendo contagiosa. Por eso, habría que tener al menos un test negativo. Habrá quienes puedan salir a los cinco, siete, o 12 días, pero de esta forma se baja mucho la probabilidad de que la carga viral sea alta y, con ello, infectar a otras personas. Ya que la herramienta está ahí se debe usar», concluye.

¿Cómo se mide?

►La prueba con la que se mide la carga viral es la PCR. Una PCR positiva con una CT alta significa una carga viral muy baja y supone una posibilidad muy pequeña de contagiar. Es lo que se hizo con los trabajadores esenciales (policías, sanitarios...) a los que se bajo este parámetro. Cuanto más alto está el CT más tiempo tarda en detectar el ácido nucleico del virus.
►En el caso de los test de antígenos positivo significa que la carga viral está alta y se contagia. La raya más fuerte suele indicar que hay más carga viral y cuando es más tenue al contrario (si se repiten el test a lo largo de la infección se ve la evolución). Los nasales son más sensibles que los de saliva.