"Cinética viral"

¿Dura más el contagio por Ómicron o por el suero?

El investigador Oriol Mitjà sostiene que dar positivo tras 10-14 días es un rasgo característico de esta variante en personas vacunadas

Los positivos en test de antígenos siguen bajando
Los positivos en test de antígenos siguen bajandoAlejandro GarcíaAgencia EFE

Si ha estado siete, ocho, diez, once o doce días dando positivo no es de extrañar. Si está vacunado, tampoco. «Que el test de antígeno sea positivo hasta pasados 10-14 días es un rasgo característico de Ómicron en personas vacunadas. La razón es que la vacunación ralentiza el proceso de crecimiento y retrasa también la eliminación». Esta es la hipótesis que sostiene el Dr. Oriol Mitjà, infectólogo del Hospital Germans Trias i Pujol y miembro del consejo asesor de la Covid-19 de la Generalitat.

«Estoy intentando discernir –prosigue– si el retraso es por la propia Ómicron, o si es un efecto de la vacuna y, por tanto, también sucedería con otras variantes. Hay papers que apuntan a que el pico de la infección se produce más tarde y que la eliminación también se retrasa».

Una afirmación que contrasta con la del Dr. Marcos López, presidente de la Sociedad Española de Inmunología (SEI), que asegura que «un vacunado tarda menos en eliminar el virus que una persona no vacunada. Que pueda suceder no quiere decir que sea lo normal, porque lo habitual es que un vacunado aclare antes el virus porque sus células T son más efectivas y combaten mejor el virus. De hecho, no está claro que la Covid-19 dure más por Ómicron».

Pero es que la evidencia actual acerca de la «cinética viral» no es definitiva, tal y como recuerda Mitjà, que incide en que «lo que se ha demostrado es que el pico de carga viral en vacunados es más bajo, y también que el pico se produce más tardíamente. Pero que yo sepa no se ha demostrado que un vacunado elimine más rápido el virus».

En este sentido, «la observación en la población es que muchas personas que se hacen el test de antígeno entre los días 7 y 10 siguen siendo positivas. Esta observación por sí sola no significa que la infección por Ómicron dure más tiempo. Un factor de confusión o sesgo podría ser que anteriormente no había tanta disponibilidad de test de antígeno y los aislamientos eran más largos. Ahora, con mayor disponibilidad y aislamientos cortos es mucho más fácil identificar una ‘’positividad persistente’' el día siete», precisa Mitjà.

También puede suceder que el vacunado con el tercer pinchazo no haya sido el primero que se haya contagiado de la familia y que, al hacerse prácticamente un test diario para ir a trabajar, haya detectado el virus «al instante».

A su vez, Mitjà recuerda el estudio publicado por el Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas de Japón en enero sobre la excreción viral de Ómicron en personas vacunadas que «muestra que los niveles de ARN viral eran más altos de tres a seis días desde el diagnóstico, a diferencia de lo que pasaba con Delta o variables anteriores en las que el pico se veía en el día menos uno (día anterior al diagnóstico). Eso lleva a pensar que el crecimiento es más lento en vacunados con Ómicron y el pico se retrasa en el tiempo».

El experto también destaca el estudio «Viral dynamics and duration of PCR positivity of the SARS-CoV-2 Ómicron variant» publicado por investigadores de la Universidad de Harvard, que ha demostrado que si bien las infecciones por Ómicron presentan un pico viral de ARN más bajo y una fase de eliminación ligeramente más corta que las infecciones por Delta en promedio (9,87 días dura Ómicron frente a 10,9 Delta), no está claro hasta qué punto estas diferencias son atribuibles a una mayor inmunidad en esta población mayoritariamente vacunada o a las características intrínsecas de Ómicron.

«Esta variante y Delta causan infecciones con una duración media de 10 días y con tasas de eliminación similares. Esto lleva a pensar que la vacunación no reduce sustancialmente la duración de la contagiosidad por Ómicron, y justifica que los test sigan saliendo positivos después del fin del aislamiento el día 7», explica Mitjà. Y es que «con Ómicron el periodo de incubación es más corto, de ahí que infecte más. En vacunados el pico de carga viral es más bajo y se produce más tarde, y en cuanto al tiempo hasta la eliminación del virus, no se han visto diferencias ni en variantes ni en vacunados», añade.

En definitiva, queda aún mucho por comprender acerca del virus, por lo que «por regla general sería adecuado seguir las recomendaciones de los ECDC de hacer aislamiento de siete días seguidos y un test de antígeno negativo, o bien prolongar el aislamiento a diez días», recomienda Mitjà. O hacer como en Reino Unido, donde es obligatorio hacerse un test de antígenos para salir de la cuarentena. Máxime ahora que se ha eliminado la obligatoriedad de llevar mascarilla en exteriores y que en algún momento se hará como en Nueva York y se quite en interiores. Ya que aunque los estudios muestran que una persona es altamente contagiosa cinco días, el 18,8% puede aún contagiar el séptimo día según el estudio japonés; un porcentaje que baja hasta el 16% pasados los siete días según un estudio de la UK Health Secury Agency, y que disminuye al 10% entre los días 8 y 9. A los diez días, únicamente el 5% de los casos sigue siendo infeccioso.