Urología

La disfunción del suelo pélvico también es cosa de hombres

Los estudios neurofisiológicos resultan de gran utilidad para diagnosticar este tipo problema, que se da en casi dos de cada diez varones

Los ciclistas son especialmente propensos a sufrirla
Los ciclistas son especialmente propensos a sufrirlaDreamstimeDreamstime

Las disfunciones del suelo pélvico ocupan un importante lugar entre las enfermedades crónicas no transmisibles. La debilidad o lesión de los elementos que lo forman predispone, en especial a la mujer, a presentar afecciones a ese nivel que provocan, en ocasiones, una sintomatología múltiple como incontinencia urinaria y fecal, prolapso genital, dolor pélvico crónico y disfunción sexual.

Pero, aunque su incidencia es considerablemente mayor entre ellas –afectando al 50% de las mayores de 50 años y entre el 3% y 6% de la población femenina desarrollará alguna de estas disfunciones en algún momento de la vida– también se dan entre los hombres, y casi dos de cada diez la sufren.

En ellos hay múltiples causas que pueden provocar trastornos en el suelo pélvico, que pasan por debilidad de la musculatura o del tejido conectivo, traumáticas o postquirúrgicas por poner varios ejemplos. Estas entidades provocarán diversos trastornos tales como incontinencia fecal, trastornos de la micción, disfunción eréctil y el dolor pélvico entre otros.

«El principal motivo de consulta suele ser dolor en zona anal y perineal, con características neuropáticas como sensación de hipoestesia, entumecimiento, hormigueo perianal e incluso fuertes descargas eléctricas. En muchos de estos pacientes aparece característicamente dolor al sentarse, alivio al levantarse y desaparece al acostarse. Los ciclistas y los levantadores de pesas deben prestar mucha atención a cualquier síntoma y signo de alerta temprana, como dolor, hormigueo o adormecimiento del pene y/o el perineo», apunta Alberto Pérez de Vargas, jefe de Servicio de Neurología y Neurofisiología Clínica del Hospital Quirónsalud San José, de Madrid.

Estudio neurofisiológico

«Una de las causas de dolor pélvico puede ser el denominado síndrome de atrapamiento del nervio pudendo. Este nervio se origina de los segmentos medulares sacros S2, S3 y S4. Este síndrome es un gran desconocido y suele retrasarse en muchas ocasiones su diagnóstico. Su presentación clínica es muy variable pudiéndose manifestarse como únicamente dolor, que puede ser intenso y agudo, dolor con síntomas urinarios, solo con problemas a la defecación, dolor con disfunción eréctil y eyaculatoria o incluso con alteraciones funcionales sin dolor», continúa el experto.

Para el diagnóstico de este tipo de disfunciones resultan de gran utilidad los estudios neurofisiológicos. Tienen distintas finalidades, según pone de manifiesto Pérez de Vargas: confirmar un diagnóstico previo, excluir la presencia de otras enfermedades, localizar alteraciones, identificar alteraciones subclínicas o definir la severidad de una patología, así como la fisiopatología o la evolución, estadio, y progresión de la misma.

El estudio neurofisiológico del suelo pélvico engloba un conjunto de técnicas cuyo resultado es útil para diagnosticar la localización de la lesión, la intensidad del problema así como su pronóstico. En cada paciente se suelen combinar dos o tres modalidades de estudios, según el caso y a criterio del especialista en Neurofisiología Clínica, pero los más frecuentes son los potenciales evocados somestésicos de nervio pudendo interno, el estudio de las raíces sacras y el electromiograma de la musculatura del suelo pélvico.

Tratamiento

Una vez diagnosticado, «su manejo incluye cambios de conducta, fisioterapia, analgésicos, bloqueo del nervio pudendo, inyecciones de toxina botulínica A (en caso de espasmos musculares), descompresión nerviosa, radiofrecuencia y estimulación medular del cono medula. La terapia conservadora consiste en el tratamiento farmacológico, que en algunos casos se ha asociado a una mejora clínica o se requiere una terapia permanente Se ha documentado que hasta un 42,2% de los sujetos respondieron al tratamiento de primera línea», señala Pérez de Vargas.

En cuanto al fármaco más utilizado «suele ser la amitriptilina. Otro tratamiento eficaz sería el bloqueo trans-sacral de las raíces sacras desde S2 a S4 con el fin de producir un bloqueo del nervio pudendo causante de la neuralgia de dicho nervio. Se pueden utilizar como tratamiento las infiltraciones corticoideas o el tratamiento fisioterápico. Tras el fracaso del tratamiento conservador, la descompresión quirúrgica (por vía transglútea, transperineal o transisquiorrectal) la radiofrecuencia con dosis de pulso guiada por tomografía del nervio pudendo o la estimulación de la médula espinal del cono medular son otras opciones», concluye el especialista.

Consejos para prevenirlo en ciclistas

►Cambio de bicicleta de la de montaña a la de carretera.
►Cambios de la posición de conducción durante el entrenamiento.
►Período de descanso durante la carrera de unos 20-30 segundos de descanso cada 20 minutos.
►Ponerse de pie sobre los pedales periódicamente pueden aliviar la presión de la zona genital.
►La altura del asiento debe permitir una ligera flexión durante el pedaleo en el punto más bajo del pedal.
►Mantener la altura del manillar más baja que la del sillín puede evitar la compresión de las estructuras nerviosas.