Día Mundial

Los síntomas del párkinson más allá de los temblores

Paqui Ruiz, creadora del blog «Con P de Párkinson», no se olvida de la fecha de su diagnóstico: «Fue el día del aniversario de mi boda»

Paqui Ruiz, creadora del blog «Con P de Párkinson»
Paqui Ruiz, creadora del blog «Con P de Párkinson»La RazónLa Razón

Paqui Ruiz es la creadora del blog «Con P de Párkinson», cuyo objetivo es visualizar la enfermedad de Parkinson en mujeres, ya que «cuándo me lo diagnosticaron a mí busqué en Google y no encontré referentes. Me puse a buscar en páginas inglesas y ahí ya sí vi algún caso. Vamos un pasito por detrás. Y los síntomas nos afectan de forma diferente. Por ejemplo, hay mujeres a las que unos días antes o unos días después de la menstruación no les funciona la medicación. Además, no es lo mismo que un hombre tenga párkinson que una mujer, porque nosotras destinamos nuestro tiempo a recoger la casa y te atiendes menos que ellos, que irán al gimnasio, al fisio...», afirma Ruiz.

A esta mujer canaria le diagnosticaron la enfermedad el «12 de julio de 2012. Tenía 48 años». Recuerda perfectamente la fecha porque fue «el día de mi aniversario de boda. Había acudido un tiempo antes a mi médico de cabecera porque me encontraba muy cansada. Pensé que podía tener anemia. Le comenté de pasada que mi letra era cada vez más pequeña y ahí ya se le despertaron las alarmas. Me exploró y me mandó a urgencias. Estuve 11 días ingresada. Resulta que había ido con la dopamina por los suelos», relata.

«Cuando el médico me dijo que tenía párkinson pensé que estaba loco, porque es una enfermedad que uno asocia a una persona mayor con temblores». Y no era su caso: «No los he tenido nunca. Es el síntoma que todos relacionamos con el párkinson y es que no todos los pacientes los sufren», explica.

De hecho, «la falta de temblor en reposo no excluye el diagnóstico, ya que puede estar ausente en el 30% de los afectados», informa en su web la Federación Española de Párkinson. Y ese es el problema: «muchos si no tiemblan, no sospechan», afirma Ruiz.

Cuando recibió el diagnóstico se quedó «en shock. Tal es así que estuve prácticamente cuatro meses con la mente en blanco. Recuerdo estar llorando en el salón de casa y lo siguiente cómo salía de casa tras las fechas navideñas. Como si el cerebro hubiera borrado lo que no quiere recordar».

Un camino difícil porque «cuando te levantas no puedes salir de la cama hasta que te haga efecto la pastilla. En mi caso lo peor es «la pérdida de equilibrio y la hipomimia facial, que es la pérdida de expresividad facial que da lugar a la llamada cara de póker».