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Algunos virus te hacen más sabroso para los mosquitos

El zika y el dengue alteran el olor de los ratones y de los seres humanos a los que infectan

Los mosquitos son más activos por la tarde y por la noche. Y viven en zonas cercanas donde hay agua acumulada (lagunas, charcos, macetas con agua) | Fuente: AP Photo/Rick Bowmer
Los mosquitos son más activos por la tarde y por la noche. Y viven en zonas cercanas donde hay agua acumulada (lagunas, charcos, macetas con agua) | Fuente: AP Photo/Rick BowmerRick BowmerAgencia AP

Cuando se emprende un viaje es importante tener en cuenta algunos consejos. Por ejemplo, frente al dengue, una enfermedad que proviene de la picadura del mosquito infectado de la especie Aedes, es importante llevar manga larga, así como pantalones largos durante el amanecer y atardecer, que es cuando más activos están los mosquitos; utilizar repelente y dormir, siempre que sea posible, con mosquitera. Algo que ayudará también frente al virus del Zika, que se transmite través de la picadura de los mismos mosquitos infectados que transmiten el dengue y el chikungunya.

Ahora hay una razón más para ello, y es que un equipo de investigadores ha descubierto que los virus del Zika y del dengue alteran el olor de los ratones y los seres humanos a los que infectan, según un estudio publicado esta semana en la revista «Cell». En concreto, el olor alterado atrae a los mosquitos, que pican al huésped, beben su sangre infectada y luego llevan el virus a su próxima víctima.

El dengue se transmite por mosquitos en áreas tropicales de todo el mundo y, ocasionalmente, en áreas subtropicales como el sureste de los EE UU. Provoca fiebre, sarpullido y dolores dolorosos, y a veces hemorragia y muerte. Cada año se producen más de 50 millones de casos de dengue y alrededor de 20.000 muertes, la mayoría de ellos en niños, según el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de los Institutos Nacionales de Salud (NIH).

El zika es otra enfermedad viral y aunque es poco común que cause una enfermedad grave en adultos, un brote reciente en América del Sur provocó defectos graves en los fetos de embarazadas infectadas. La fiebre amarilla, la encefalitis japonesa y el virus del Nilo Occidental también son miembros de esta familia de virus.

Pues bien, todos estos virus requieren infecciones continuas en huéspedes animales y mosquitos para propagarse. Si falta cualquiera de estos, si todos los huéspedes susceptibles eliminan el virus o si todos los mosquitos mueren, el virus desaparece. Por ejemplo, durante el brote de fiebre amarilla en Filadelfia en 1793, la llegada de las heladas de otoño mató a los mosquitos locales y el brote terminó, recuerdan los autores.

En climas tropicales siempre hay mosquitos; el virus solo necesita que uno muerda a un animal huésped infectado para propagarse. Sin embargo, el virus del Zika y el dengue parecen haber desarrollado una forma furtiva de aumentar las probabilidades.

Un equipo de investigadores de la UConn Health en EE UU, la Universidad Tsinghua en Beijing, el Instituto de Enfermedades Infecciosas en Shenzhen, el Hospital de Medicina Tradicional y de Medicina Dai de Ruili, el Laboratorio de Enfermedades por Virus de Animales Tropicales y Subtropicales de Yunnan y el Centro chino para el Control y la Prevención de Enfermedades sospechaba que el dengue y el zika podrían estar manipulando a los huéspedes de alguna forma para atraer a los mosquitos. Y pensaron que, como tanto la malaria como la inflamación general pueden cambiar el olor de las personas, la infección viral por dengue y zika podría hacer lo mismo.

Para comprobarlo, el equipo comprobó si los mosquitos mostraban preferencia por los ratones infectados. Y, de hecho, cuando a los mosquitos se les ofreció elegir entre ratones sanos o enfermos de dengue, los mosquitos se sintieron más atraídos por los roedores infectados con dengue.

A continuación, los investigadores analizaron las moléculas malolientes en la piel de ratones infectados y sanos. Identificaron varias moléculas que eran más comunes en animales infectados y las probaron individualmente. Los aplicaron tanto a ratones limpios como a las manos de voluntarios humanos y descubrieron que una molécula odorífera, la acetofenona, era especialmente atractiva para los mosquitos. Los olores de la piel recolectados de pacientes humanos con dengue mostraron lo mismo: más atractivos para los mosquitos y mayor producción de acetofenona.

La acetofenona es producida por algunas bacterias Bacillus que crecen en la piel humana (y de ratón). Normalmente, la piel produce un péptido antimicrobiano que mantiene a raya a las poblaciones de bacilos. Pero resulta que cuando los ratones están infectados con dengue y zika no producen tanto péptido antimicrobiano y el bacilo crece más rápido.