Verano

Cómo detectar los síntomas de un golpe de calor y cómo aliviarlos

Es un trastorno muy peligroso y frecuente durante los meses más calurosos del año. Ocurre cuando la temperatura del cuerpo supera los 40 ºC durante un tiempo prolongado

La ola de calor que golpeó España el pasado mes de junio, junto a esta segunda que ha dado comienzo esta semana y que aún no ha terminado, están suponiendo un duro golpe para la salud de muchas personas, sobre todo aquellas más vulnerables o con patologías previas.

Según el Instituto de Salud Carlos III, solo este último episodio de altas temperaturas deja 360 hasta hoy sábado, 15 de julio.

El golpe de calor es un trastorno muy peligroso y frecuente durante el verano. Ocurre cuando la temperatura del cuerpo supera los 40 ºC durante un tiempo prolongado. La causa más habitual es una exposición prolongada a elevadas temperaturas o realizar deporte o actividades físicas en los momentos de mayor calor. Hay que tener especial precaución con las personas de riesgo, como bebés, niños, personas mayores o con enfermedades crónicas.

Síntomas de un golpe de calor

El principal síntoma de una insolación es una temperatura corporal de 40 ºC. También es frecuente la confusión, agitación, desorientación, mareos o la dificultad para hablar, así como la sequedad, la piel roja, dolor de cabeza y la debilidad muscular. Además, es probable sufrir náuseas, vómitos y tener la respiración y la frecuencia cardiaca acelerada.

Otra de las complicaciones producidas por el calor extremo es el agotamiento, cuyo síntomas son debilidad, fatiga, mareos, náuseas o desmayo.

No recibir un tratamiento rápido ante un golpe de calor puede ocasionar graves daños a órganos vitales, como el cerebro, o incluso la muerte.

Qué hacer ante un golpe de calor o insolación

Siempre es mejor prevenir que curar, pero cuando surge la emergencia, hay que saber cómo actuar. Lo primero que hay que hacer ante un golpe de calor es llamar a emergencias para recibir un tratamiento profesional. En ese tiempo de espera, es crucial tratar de bajar la temperatura corporal.

Para ello, hay que sumergirse en agua fría si es posible, buscar la sombra, aflojar la ropa y utilizar paños húmedos. Las toallas frescas deben colocarse en la ingle, el cuello, la espalda o las axilas. Cuanto antes se realicen estas recomendaciones, menos graves serán las consecuencias y lesiones producidas por el golpe de calor. Si no es posible darse un baño o una ducha fría, habrá que ayudarse de un abanico y algo de agua (en una botella, por ejemplo). También es importante hidratarse bien, bebiendo agua poco a poco, siempre que la persona que sufre el golpe de calor esté consciente.

Consejos

La Consejo General de Enfermería (CGE) ha elaborado una infografía conconsejos para prevenir un golpe de calor, sus síntomas y el tratamiento a seguir. “Si en invierno nos abrigamos y cerramos puertas y ventanas al frío, en verano debemos actuar igual y utilizar ropa ligera, cómoda y transpirable, así como calzado ligero, usar sombrero o gorra y gafas de sol, además de protección solar, y en casa bajar las persianas y cerrar las ventanas al calor”, explicó el presidente del CGE, Florentino Pérez Raya, durante la presentación.

Los enfermeros recomiendan evitar la exposición al sol entre las 12:00 y las 17:00 horas, usar roma cómoda, ligera, transpirable y de color claro e hidratarse frecuentemente, incluso cuando no tenga sed. Se deben consumir unos 2 litros de líquidos al día entre agua, zumos y bebidas isotónicas (no se recomienda abusar de refrescos, bebidas con cafeína y alcohol).

Infografía sobre los síntomas y tratamiento de un golpe de calor
Infografía sobre los síntomas y tratamiento de un golpe de calorLa RazónConsejo General de Enfermería

El calor también puede ser peligroso dentro de casa. Para mantener un ambiente fresco en el hogar, baja las persianas y cierra las ventanas. En las horas de mayor calor evita el uso de aparatos como el horno o el secador. Hay que tener especial precaución en el coche, ya que se pueden concentrar mucho calor dentro del vehículo cuando está estacionado y cerrado al sol.

El Consejo General de Enfermería explica que las personas con más riesgo de sufrir problemas de salud por el calor son los mayores, sobre todo aquellos que viven solos o son dependientes, personas enfermas, con facultades mentales disminuidas, los menores de 4 años, las personas con sobrepeso y los trabajadores que realizan su actividad al aire libre (camareros, obreros, jardineros, socorristas, etc.).