Urología

«La cirugía robótica es la mejor opción para esfínteres artificiales femeninos»

Dr. Miguel Sánchez Encinas, jefe del Servicio de Urología del Hospital Universitario Rey Juan Carlos

Doctor Miguel Sánchez Encinas
Doctor Miguel Sánchez EncinasGonzalo Pérez MataLa Razón

1. ¿Cuántas españolas padecen incontinencia urinaria?

Se estima que la prevalencia de la incontinencia urinaria alcanza aproximadamente al 24% de las mujeres españolas (más de 5 millones) provocando un impacto en la calidad de vida, tanto en los aspectos físicos y psicológicos de las pacientes como a los laborales y sexuales, con un elevado coste para los sistemas sanitarios, siendo los accesorios (absorbentes, pañales, sondas vesicales) los responsables del 90% de este gasto.

2. ¿Cuáles son las causas?

Entre los factores de riesgo que se relacionan con la incontinencia urinaria destacan las lesiones estructurales del suelo pélvico relacionadas con el embarazo y el parto vaginal, los prolapsos o descensos de los órganos pélvicos (vejiga, útero). El déficit de estrógenos durante la menopausia, la actividad física de alto impacto o haber sufrido una histerectomía son algunos de los factores que aumentan la probabilidad de sufrir pérdidas urinarias. Enfermedades neurológicas como el parkinson, la esclerosis múltiple o el deterioro cognitivo, el sobrepeso y la diabetes constituyen también factores de riesgo. Asimismo, algunos medicamentos con efectos diuréticos o relajantes musculares pueden empeorar la incontinencia.

3. ¿Qué perfil de edad tienen?

El perfil de mujeres con incontinencia se sitúa mayoritariamente por encima de los 40 años, alcanzando al 30-40% de mediana edad, aunque el mayor porcentaje se concentra en el grupo de las que superan los 75 años. Sería recomendable en las que tienen más de cuarenta años realizar una detección oportunista en la consulta de atención primaria, preguntando si existen pérdidas involuntarias de orina. La mayoría minimizan el hecho de presentar pérdidas. Sin embargo, la rehabilitación precoz del suelo pélvico puede ayudar a que el problema se corrija o evitar que se agrave.

4. ¿Cómo funciona un esfínter urinario femenino artificial? ¿Cómo se maneja?

Sirve para tratar la incontinencia urinaria de esfuerzo, es decir, los escapes de orina al toser o estornudar, realizar ejercicio físico, levantar algo pesado o, simplemente, cambiar de posición. Es un dispositivo hidráulico con tres componentes: un manguito, una bomba de activación y un reservorio con suero en su interior. Cierra la uretra cuando la vejiga se está llenando de orina imposibilitando la pérdida urinaria. La paciente puede activarlo para que la uretra se abra cuando desea miccionar. Su funcionamiento es muy sencillo: el manguito a modo de anillo colocado alrededor del cuello de la vejiga permite el cierre y apertura del mismo para conseguir la continencia y evacuación; la bomba de activación incorporada al labio mayor permite orinar a la paciente al pulsarla. Al cabo de unos minutos el líquido retorna del reservorio al manguito logrando de nuevo el cierre del cuello vesical.

5. ¿En qué casos está indicado?

La implantación se indica tras un estudio de las pacientes que precisan de técnicas avanzadas, como la videourodinamia o ecografía de suelo pélvico. Está indicada en disfunción por enfermedades neurológicas o de causa traumática junto a incontinencia refractaria a tratamientos quirúrgicos realizados con anterioridad.

6. ¿Hay efectos secundarios o colaterales?

El porcentaje de complicaciones es mucho menor que con otras técnicas. La infección del esfínter y la extrusión –expulsión del material protésico fuera de su lugar habitual hacia la uretra o la cavidad pélvica– son las más temidas, pero poco frecuentes. Las más comunes son dolor y hematoma, sobre todo en cirugía abierta. Las pacientes requieren antes y después un entrenamiento para aprender a activar el esfínter artificial y, lógicamente, un seguimiento posquirúrgico.

7. ¿Qué beneficios conlleva la implantación mediante cirugía robótica?

Permite implantar este dispositivo de forma mínimamente invasiva, sin apenas incisiones, y con mayor precisión. La cirugía robótica aporta alta precisión al tener una visión aumentada por diez, visión en tres dimensiones, movimientos de los instrumentos quirúrgicos intuitivos como si fueran los de nuestra mano –algo que no ocurre en cirugía laparoscópica– y desaparición del temblor. Además, hace posible intervenir en campos pequeños y profundos, como la pelvis, lo que reduce el porcentaje de complicaciones. Al ser un procedimiento intracorpóreo existe menor riesgo de infección y de extrusión y, sobre todo, menos dolor y sangrado, lo que facilita una rápida recuperación.

8. ¿Por qué se decidieron a incorporar esta técnica?

En el Hospital Rey Juan Carlos llevamos desde el año 2018 usando esta técnica, menos invasiva y con más precisión. Pensamos que era la mejor alternativa para dar respuesta a los casos más complejos que habían fracasado a cirugías previas donde los tejidos están modificados o en pacientes con incompetencia de esfínteres.

9. ¿Qué tecnología usan?

Utilizamos el sistema de cirugía robótica Da Vinci con el que llevamos 11 años realizando diferentes procedimientos urológicos. Consta de cuatro brazos robóticos y una consola desde donde interviene el cirujano. El modelo de esfínter urinario artificial que implantamos es el AMS 800, el más utilizado a nivel mundial.

10. Este procedimiento ya ha sido realizado en 14 mujeres ¿Cuáles son los resultados?

El 90% de las pacientes se encuentra completamente continente y no precisa absorbentes. El 10% restante presenta una importante mejoría que les ha permitido mejorar su calidad de vida.