J. A. Vera
Transhumanismo y frivolidad
Seguro que la ciencia encuentra fórmulas de interactividad futura, y será una gran noticia, pero habría que intentar no frivolizar con temas serios
Se suceden cada vez más discursos simplistas según los cuales vamos a ser todos muy pronto humanos robotizados conectados a la nube y con poderes propios de la Inteligencia Artificial (IA). Ojalá ocurra y sea biológicamente compatible con nosotros, pero de momento cabe pedir moderación a quienes con tanto entusiasmo se pronuncian al respecto. Que nos metan un chip en la cabeza, como en el pasado propugnaba Elon Musk en su proyecto Neuralik, puede ser algo más que peligroso. De hecho todos los primates con los que han experimentado han muerto.
Hablan también de «inyecciones» de Óxido de Grafeno Reducido ( GOr), material que por sus revolucionarias características de transmisibilidad y conectividad podría servir como «interfaz» con la IA. Seguro que la ciencia encuentra fórmulas de interactividad futura, y será una gran noticia, pero habría que intentar no frivolizar con temas serios.
Materiales biológicamente incompatibles dentro del cuerpo humano pueden acabar siendo una bomba de relojería, con afectación a cualquiera de nuestros órganos más eléctricos, como corazón o cerebro. Una cosa es que debamos recurrir a una bio-prótesis por prescripción médica y otra diferente que se trivialice con implantarnos chips en la cabeza para ser tan inteligentes como un robot.
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