
Salud cardiovascular
La bebida que debes evitar tomar justo después de comer, según una cardióloga
Diversos estudios han vinculado su consumo habitual con un aumento significativo del riesgo de padecer problemas cardíacos

Muchas personas buscan mantener una rutina saludable desde primera hora de la mañana. Uno de los hábitos más extendidos para combatir el conocido 'bajón' después de comer es recurrir a bebidas energéticas o refrescos azucarados. Aunque parezcan una solución eficaz para recuperar energía, los expertos advierten que su consumo inmediato tras la comida puede ser especialmente perjudicial para el corazón.
La cardióloga Bhavna Suri señala que el exceso de cafeína y otros estimulantes presentes en estas bebidas puede alterar el ritmo cardíaco, provocando palpitaciones, arritmias e incluso elevaciones de la presión arterial. Estas alteraciones incrementan a largo plazo el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Los refrescos, tanto convencionales como en su versión 'light', tampoco son una alternativa segura. Diversos estudios han vinculado su consumo habitual con un aumento significativo del riesgo de padecer problemas cardíacos, independientemente de que contengan azúcar o edulcorantes artificiales.
El impacto negativo de estas bebidas no se limita al sistema cardiovascular. El consumo regular de estimulantes por la tarde puede interferir en la calidad del sueño, dificultando el descanso nocturno. La falta de sueño, a su vez, está relacionada con un mayor riesgo de hipertensión y otros problemas cardíacos, creando un círculo vicioso difícil de romper.
Alternativas saludables para la tarde
Frente a este panorama, los especialistas recomiendan apostar por hábitos que favorezcan tanto la energía como la salud del corazón. Una de las estrategias más sencillas y efectivas es dar un paseo de 15 minutos después de comer. Esta actividad ligera ayuda a activar la circulación, estabiliza la presión arterial y contribuye a mantener los niveles de energía estables sin recurrir a estimulantes artificiales.
Además, la alimentación juega un papel clave. Optar por comidas ricas en proteínas y moderadas en carbohidratos simples (como pan blanco, patatas fritas o bollería) ayuda a evitar los picos y caídas bruscas de azúcar en sangre, responsables en gran medida de la sensación de fatiga tras la comida.
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